Un año más un donante anónimo nos ha hecho llegar veinte lotes de productos navideños para familias que están pasando una situación económica difícil. Es una de las muchas muestras de generosidad que cada año por estas fechas recibimos en la Parroquia. Unas veces en forma de productos navideños, muchas en forma de aportación económica y de distintas maneras comprobamos que nuestra Iglesia, como Cristo, toma una opción preferencial por los pobres.
Los psicólogos explican que las personas altruistas son más felices que aquellas personas que son egoístas. Pues bien, la Navidad es un tiempo especialmente propicio para las causas sociales.
La solidaridad muestra el compromiso social de cualquier persona con su entorno, es decir, refleja la toma de conciencia que debemos tener a la hora de mejorar este mundo tan lleno de injusticias. Los católicos no somos solidarios por simple filantropía sino que la Caridad está en los genes de nuestro “ser” católicos. No entendemos la Caridad como limosna Simó como amor, fraternidad, compartir, ver a Cristo en el rostro del que sufre.
Para tener una Navidad feliz te aconsejamos que practiques la solidaridad no sólo en estas fiestas sino también el resto del año. Puedes buscar información sobre diferentes organizaciones que existen con el objetivo de obtener datos sobre la labor que te gustaría realizar. Es decir, debes pensar si te gustaría trabajar como voluntario en labores solidarias con ancianos, niños, inmigrantes o cualquier otro colectivo. Pero también puedes pensar que nuestra parroquia trabaja con todos ellos: niños, ancianos, necesitados, enfermos… y tú puedes aportar tu grano de arena ofreciendo tu tiempo y tus “talentos” a través de ella: Caritas, catecismo, Pastoral de enfermos, asesoría jurídica para inmigrantes, etc…
El voluntariado es una actividad excelente para jóvenes pero también para mayores. De hecho, muchos jubilados deciden dedicar parte de su tiempo a alguna causa social. La solidaridad es un valor en alza para aquellas personas que tienen una noción plena de la vida como un tesoro que merece la pena disfrutar con todos los sentidos en contacto pleno con otro ser humano. Además, la solidaridad es un acto que reporta emociones positivas y gratificantes, también ayuda a conocer gente nueva y diferente.
Cada día debes pensar en una buena causa que puedes realizar en tu entorno más cercano. Se trata de gestos sencillos que puedes tener con algún amigo, un familiar o incluso, con un vecino. Los pequeños gestos te ayudarán a estar mejor contigo mismo. Algunas personas viven pensando en recibir a pesar de que así no pueden ser felices. Es mejor que cambies la actitud y vivas pensando en darte a los demás.
¡La Parroquia te necesita! Pedimos para poder dar.