Cuaresma:
Cada vez q comienza la cuaresma, surge una inquietante pregunta: ¿es realmente posible que el ser humano pueda cambiar? Durante este tiempo litúrgico, la Iglesia pone toda su atención en Jesucristo. En un intento por buscarle y encontrarle pone en juego los momentos más intensos para conseguirlo: la oración, el sacrificio y la caridad.
Dicen que cuantos han tenido una experiencia espiritual e intensa de lo mucho que Jesús les quiere ya no han podido abandonarle nunca y ha surgido un sincero compromiso con Él de agradarle en todo y de ayudar al prójimo en lo que necesite. Tal vez bastaría ese enfoque para vivir una buena cuaresma.
Nuestra sociedad occidental ha enmarcado el hecho fundamental de su historia: el nacimiento y la muerte de Jesús en la cruz. Pero ha olvidado su resurrección. Su existencia viva hoy de un modo nuevo. No se trata de coleccionar reliquias o costumbres tradicionales como el ayuno o la abstinencia. Pero si esas y otras prácticas espabilan nuestras almas para el amor auténtico, bienvenidas sean. La parroquia de Liáns, junto con Santa Cruz y Montrove, ha promovido siempre la cultura del esfuerzo. En cuaresma nos invita también a la autenticidad de vida para recibir la vida nueva de la gracia que nos conquistó el Salvador. Jesús cree más en la humanidad que ella misma. Sabe que está destinada a una vida sobrenatural y no sólo material. Una llena de felicidad y amor perpetuo. Otra caduca. Es el momento de que la convirtamos en objetivo prioritario