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Desagraviar

by santaeulalia

Según la RAE, desagraviar significa:

1. tr. Borrar o reparar el agravio hecho, dando al ofendido satisfacción cumplida.

2. tr. Resarcir o compensar el perjuicio causado.

Este término bien puede servir para expresar un único sentimiento vivido este fin de semana en la celebración de la misa dominical en la Iglesia nueva de Santa Cruz a la que asistieron más de seiscientas personas.

Por un lado, la comunidad venezolana residente en nuestra comarca se congregó una vez más – y nunca son suficientes- para pedir a su Patrona por los agravios que sufre su pueblo. Pedirle a María que, igual que vaticinó en Fátima, que por su mediación habría de caer el muro ideológico que separaba los pueblos, así su mediación vuelva a unir al pueblo venezolano para que de nuevo sea la bella nación próspera que nunca debió haber dejado de ser.

Pero no solo nos unía la nostalgia. Este encuentro ha servido para fomentar desde la parroquia la solidaridad; para recaudar ayuda para enviar a Cáritas en Venezuela o ayuda para los que han abandonado su país y han de empezar de nuevo; ofertar trabajo o atender a sus distintas necesidades. Eso es hacer de la Iglesia una familia.

Por otro lado, todos los allí presentes, con independencia del lugar de procedencia, y secundando la iniciativa del
señor arzobispo, ofrecer un acto de desagravio por las «blasfemas ofensas» del pregón en las fiestas de Carnaval de Santiago. Parafraseando a D. Julián en su homilía de la catedral el día anterior, desearíamos que nos hubiéramos encontrado para darle gracias a Dios, motivos tenemos, o pedir por necesidades que nos afectan, que no son pocas, pero no podíamos permanecer callados ante las ofensas a nuestra fe, a aquello en lo que creemos y nos guía.

«Ni este contexto (el del Carnaval), ni la libertad de expresión mal entendida, puede justificar la falta del debido respeto a los demás y carentes de buen gusto» diría nuestro Pastor.

«Manifestaciones como estas nos duelen, hieren nuestros sentimientos religiosos y nos hacen padecer», prosiguió Barrio para introducir que «las corrientes laicistas están generando una cristianofobia que se manifiesta en lo que estos días estamos sufriendo».

Como creyentes, debemos obedecer al Señor y tal como nos ordenó debemos amar a nuestros enemigos y así lo haremos – como diría Santa Teresa – “Aunque me canse, aunque no pueda, aunque reviente, aunque me muera”.

 

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