«Tomad y comed, esto es mi cuerpo… tomad y bebed, esta es mi sangre derramada por muchos…»De nada serviría esta expresión si detrás no le hubieran acompañado los gestos de entrega hasta el final y de servicio. Sin lavatorio de los pies, sin inclinarse a secar los pies de sus discípulos, como un esclavo más, (¡Señor, lávame a mí!), sin pasión y sin cruz, sólo hunieran sido palabras que se lleva el viento. Sin embargo se transformaron en poderoso lenguaje de salvación cuando las pronuncia el sacerdote. Y entonces, el mismo cuerpo de Cristo y su misma sangre se hacen presentes en el altar. Y tú y yo nos alimentamos de Cristo, y las penas de este mundo son más llevaderas con él, y los gozos llevan una unción singular. Gracias Señor por ser el único y eterno sacerdote. Gracias por todos los ministros ordenados: indignos, pero elegidos por Ti. Gracias por sus vidas entregadas en el silencio de, a veces, una vida incomprendida y humillada por quienes no te aman. Gracias, Señor, por mis hermanos sacerdotes, por su abnegación y sus desvelos. Gracias por elegirnos entre tu pueblo.
Gracias por instituir la Eucaristía y ofrecerte en cada altar por nuestras vidas con sus gozos y sus sombras. Gracias, porque al alimentarnos de Ti y en Ti podemos vivir el Amor fraterno y mirarnos los unos a los otros con tus ojos llenos de ternura y compasión. Gracias por tanta gracia en un solo día.
¡¡¡Feliz jueves santo!!!
Horarios
19:00 hh. Santa Cena
22:30 hh. Hora Santa
Al término de la Santa Cena trasladaremos a Jesús Eucaristía al Monumento donde quedara reservado para simbolizar así la trágica ausencia del Señor crucificado, muerto y sepultado.
En el huerto de los Olivos Cristo pidió a los apóstoles que velasen al menos una hora con El. Respondiendo a esa invitación, como cada año el templo permanecerá abierto toda la noche hasta los oficios del viernes.
¡Respondamos a esa invitación acompañándolo para agradecer tanto amor!