Al término de la Misa de Jueves Santo «In Coena Domini», que conmemora la institución de la Sagrada Eucaristía y del sacerdocio de la Iglesia, el tabernáculo queda vacío en memoria de la muerte de Jesús. Se hace entonces la reserva del Santísimo Sacramento en un lugar especial, tradicionalmente denominado «Monumento». De esa manera, desde la noche de Jueves Santo hasta la Misa de Resurrección los sagrarios de todas las iglesias quedan sin hostias, para mejor simbolizar la trágica ausencia de Nuestro Señor “crucificado, muerto y sepultado”. No obstante, con su insuperable tacto maternal, la Iglesia introdujo en esos días la costumbre de guardar o reservar en un lugar aparte las hostias consagradas, necesarias para administrar la Eucaristía a los fieles que desearan comulgar en Viernes Santo. Fue ése el origen remoto de la ceremonia del traslado del Santísimo Sacramento al “Monumento”. Con el paso de los siglos la traslación adquirió un carácter solemne, realizándose de modo procesional, acompañada de cánticos eucarísticos como el «Tantum Ergo», célebre himno compuesto por Santo Tomás de Aquino. Llegados al pie del Monumento —un altar o capilla previamente acondicionado para acoger al Pan del Cielo— en medio de las plegarias y del incienso, los fieles se turnaban, como lo hacen hasta hoy, en actos de adoración continua a Jesús Sacramentado.
LA TRADICIÓN: DESDE ROMA AL MUNDO ENTERO
Más tarde surgió la costumbre de visitar siete Monumentos, en la noche de Jueves Santo y en la mañana del día siguiente. Se sabe que esta excelente forma de unirse al Salvador en su Pasión fue introducida en Roma en el siglo XVI por San Felipe Neri, fogoso apóstol que atraía multitudes, para contrarrestar la decadencia moral acarreada por el Renacimiento. Él tuvo la idea, secundada por Papas y numerosos cardenales, de organizar visitas a siete históricas iglesias romanas: las cuatro Basílicas principales (San Pedro, Santa María Mayor, San Pablo extramuros y San Juan de Letrán), y las iglesias de San Lorenzo, Santa Cruz y San Sebastián.
RAZÓN DE LAS SIETE VISITAS Y CÓMO HACERLAS
La Visita a los Monumentos se practica desde la tarde del Jueves Santo a la mañana del día siguiente (ya que en la tarde del Viernes Santo, después de las funciones litúrgicas conmemorativas de la Muerte del Salvador, se consumen todas las hostias del Monumento y la iglesia queda sin Santísimo, en recuerdo de la tragedia del Gólgota)
Los siete recorridos de Nuestro Señor.
Lo esencial de las visitas es recorrer siete iglesias, en memoria de los siete recorridos que hizo Nuestro Señor Jesucristo, desde el Cenáculo hasta el lugar del suplicio final, el Monte Calvario.
Ese número corresponde a las siguientes estaciones por las que pasó Nuestro Señor Jesucristo durante su cautiverio:
1) Desde el Cenáculo hasta el huerto de Getsemaní;
2) Del huerto hasta el palacio de Anás;
3) Del palacio de Anás al tribunal de Caifás;
4) Del tribunal de Caifás al pretorio (palacio de gobierno) de Pilatos;
5) Del pretorio de Pilatos al palacio del rey Herodes;
6) Del palacio del rey Herodes (de vuelta) al pretorio de Pilatos;
7) Del palacio de Pilatos al monte Calvario.
Horario
El templo permanecerá abierto durante todo el día
12:00 hh. Viacrucis