Cuando pensamos en la actividad caritativa de la Iglesia, con frecuencia creemos que se reduce a unos paquetes de pasta y alguna que otra factura pero la labor abarca todas las necesidades de la persona: espirituales y materiales.
Con frecuencia hacemos llamamientos para la recogida de alimentos, pues nunca son suficientes ya que repartimos una tonelada de fruta una semana y tonelada y media de alimentos variados, la siguiente.
La actividad del ropero también es conocida por todos, a través de los contenedores dispuestos en la entrada del templo. Cada lunes muchas familias acuden a los locales a recogerla y es tal la afluencia, que ya no nos queda ropa de invierno que repartir.
Pero nuestra asistencia va mucho más allá que la ropa y la comida. Las dificultades de algunas personas para amueblar los pisos o bajos que alquilan y la necesidad de renovar algunos muebles – fundamentalmente de cocina- nos llevó a montar un equipo que se marcó un objetivo definido por la situación real: recoger enseres, muebles y electrodomésticos usados para reciclarlos y repartirlos entre aquellos que los necesiten en el ámbito de la Parroquia.
En la actualidad, aunque con pocos medios -solo disponemos de una vieja furgoneta- se han satisfecho muchas carencias . Las enumeramos por bloques, sin caer en la trampa de poner números, porque el equipo ve rostros, con nombres y apellidos:
• Se han entregado electrodomésticos: microondas, frigoríficos, lavadoras, secadoras, estufas eléctricas y de butano, cocinas…
• Se han entregado muebles: armarios roperos, camas de diferentes medidas, colchones, mesas, sillas..
• Se han entregado y adaptado muebles de cocina como fregaderos, hornos, armarios altos y bajos con sus encimeras…
• Se han entregado objetos de menaje: ollas, vasos, platos…
• Se han entregado literas y cunas, así como carritos de bebé y otros enseres.
Poco a poco nos vamos organizando y contando con más medios. En la medida en que se va conociendo esta labor, surgen nuevas donaciones a medida que vamos profundizando en el conocimiento de la realidad de nuestro barrio y sus necesidades.
Durante el verano, por ejemplo, hemos amueblado prácticamente por completo y dotado de enseres a cinco hogares. ¡ Y cada día hay más solicitudes!
Os agradecemos vuestra generosidad, pues nosotros repartimos lo que vosotros traéis. Por eso os invitamos a que, si vais a cambiar algún electrodoméstico o mueble, antes de tirarlo, preguntéis en la parroquia si alguien lo necesita, y así puedan tener una “segunda vida”.