- Alumnos y profesores del instituto Rego da Trabe, de Culleredo, inician las clases cubriendo el Camino desde Arzúa a Santiago
«El objetivo es tener una jornada de convivencia para que todos los alumnos que comienzan este año la ESO se conozcan antes de empezar el curso, que haya una convivencia porque vienen de distintos centros de Primaria», explica Roberto Zuluaga, vicedirector del instituto Rego da Trabe de Culleredo que este año se encarga de las actividades extraescolares, como la iniciativa que iniciaron ayer por tercer año, la realización de un tramo del Camino de Santiago.
Un total de 71 alumnos, el 80% del alumnado de primero de ESO, acompañados por seis profesores, cinco a pie y uno con vehículo de apoyo más la profesora de los alumnos de necesidades educativas especiales, salieron ayer por la mañana de Arzúa y tienen previsto llegar hoy por la tarde a la Plaza do Obradoiro, tras cubrir dos jornadas en las que habrán caminado casi veinte kilómetros diarios.
Junto a Roberto Zuluaga (profesor de Educación Física) participan la jefa de estudios Mónica Fraga; Carlos Vera (profesor de Geografía e Historia y el que tuvo la idea de realizar esta singular iniciativa hace tres años); la orientadora Susana Paz; Beni Suárez de Pedagoxía Terapéutica, José Carlos Alonso (párroco de Liáns en Oleiros y profesor de Religión).
El vicedirector del instituto subraya la ayuda «totalmente altruista» de la entidad Discamino de Vigo. «Han venido cinco personas de Discamino de apoyo con nosotros, con una furgoneta, y nos han facilitado además una silla de ruedas especial, específica para rutas de senderismo, denominada Joëlette».
La presencia de Discamino ha sido fundamental para realizar una ruta de peregrinaje inclusiva, ya que han participado dos alumnos del Rego da Trabe con necesidades educativas especiales, y uno de ellos requiere de una silla de ruedas. El profesor de Religión, José Carlos Alonso, también destacó el apoyo desinteresado de esta asociación dentro de esta actividad «que favorece la convivencia y la integración».
«Los chavales están encantados, están ahora esperando para ir a cenar y están todos fuera jugando y charlando, porque además hemos tenido la suerte de contar con muy buen tiempo», agrega Roberto Zuluaga.
Fuente: La Opinión de A Coruña