Como cada jueves a las 19:30 nos reuniremos para celebrar una exposición del Santísimo en la que pedimos de modo especial por las vocaciones sacerdotales y religiosas.
La Eucaristía camino de santidad.
¿Podemos todos ser santos?
Sí. “Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad” (LG 40). El sentido de nuestra vida es UNIRNOS A DIOS en el amor, corresponder totalmente a los deseos de Dios. Debemos permitir a Dios “QUE VIVA SU VIDA EN NOSOTROS” (santa Teresa de Calcuta). Esto significa ser santo. (Cf Catecismo de la Iglesia 2032-2040, 2049-2051).
¿Pero cómo puedo unirme a Dios? ¿Qué hacer para que Dios viva en Mí? Responder a estas interrogantes no resulta difícil, pues bien sabemos que, para encontrarnos con Dios, Él mismo nos ha dejado varios medios para alcanzarlo: obras de misericordia, oración, su Palabra, los sacramentos, etc. – puesto que el tema que estamos desarrollando busca recordarnos que la santa Eucaristía es un camino de santidad, nos enfocaremos exclusivamente en este medio de santificación -.
El Papa Francisco nos recuerda que “la Eucaristía nos hace MÁS HERMANOS y nos va convirtiendo en COMUNIDAD SANTA y misionera” (Gaudete et exsultate 142). En la celebración eucarística alabamos a Dios porque es fuente de santidad “Santo eres en verdad Señor, fuente de toda santidad” (Plegaria eucarística II). Esta acción de santificadora de la Eucaristía se realiza a través de dos medios o vías:
La primera es la vía de la oración y adoración Eucarística. Puesto que Cristo mismo se encuentra presente en la Eucaristía y puesto que Dios mismo es la fuente de la santidad, cuando pasamos un momento en oración ante Jesús eucaristía, Dios mismo nos hace partícipe de su santidad. Vivir conscientemente los momentos de oración ante el Santísimo Sacramento, es sumergirse en la santidad de Dios, es “empaparse” de la santidad de Dios. Él mismo nos hace partícipes de su santidad.
La segunda vía es el alimentarno de la misma Eucaristía. El mismo Señor nos recuerda esta realidad cuando dice: “Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo le resucitaré el último día” (Jn 6,53-54). Si la oración consciente ante Jesús eucaristía produce santidad, del mismo modo y con mayor razón, producirá santidad en aquellos que se alimentan de este Santo Sacramento.
Los santos han vivido esta experiencia de la Eucaristía hasta el punto de no tener deseos del alimento cotidiano: “Es tal la saciedad que me viene del Señor al recibir su venerabilísimo Sacramento, que no puedo de ninguna manera sentir deseo por comida alguna” (Legenda Maior: Santa Catalina de Siena II, nn. 170-171).
Por tanto, puesto que todos estamos llamados ha ser santos, todos estamos invitados a buscar la santa Eucaristía, tanto para hacer oración como para alimentarnos de Él. Entonces alcanzaremos aquello que los santos han alcanzado: la unión intima con Dios en el Cielo, que lo comenzaron a vivir ya aquí en la tierra mediante el sacramento de la Eucaristía.
Un día una persona dijo a Santa Teresa de Ávila: “Si tan solo hubiese vivido en el tiempo de Jesús. Si tan solo le hubiese visto y le hubiese hablado. Santa Teresa le respondió: ¿Pero acaso no tenemos ante nosotros a Jesús vivo, verdadero y realmente presente en la Eucaristía?
Lugar: Iglesia nueva de Santa Cruz
Día: Jueves
Hora: 19:30