En esta ocasión el Santo Padre nos invita a rezar por los cristianos del continente asiático, “para que dando testimonio del Evangelio con sus palabras y obras, favorezcan el diálogo, la paz y la comprensión mutua”.
“Lo que más me impresiona de Asia es la variedad de sus poblaciones, herederas de antiguas culturas, religiones y tradiciones”, dice Francisco en el video y añade “en este continente, donde la Iglesia es una minoría, el desafío es apasionante; por ello debemos promover el diálogo entre religiones y culturas, el diálogo es una parte esencial de la misión de la Iglesia en Asia”.
Esta intención del Obispo de Roma, es especialmente significativa teniendo en cuenta la enorme extensión demográfica de Asia, el continente más poblado del mundo, donde la comunidad cristiana es una minoría.
Surge por tanto, el cuestionamiento de cómo podemos comprometernos en la misión de una comunidad ta numéricamente pequeña, en medio de pueblos de antiguas civilizaciones y tradiciones espirituales. El Papa señala el diálogo fraterno como respuesta a este interrogante, recordando que la Iglesia en Asia debe ser, ante todo, una Iglesia misionera en comunión con la Iglesia universal, ya que la propia evangelización está en el corazón de la institución eclesial: anunciar el evangelio de Jesucristo a través de la palabra, la acción, las relaciones y el compromiso social.
El Santo Padre confía cada mes a su Red Mundial de Oración, el Apostolado de la Oración, intenciones que expresan sus grandes preocupaciones por la humanidad y por la misión de la Iglesia. Su intención de oración mensual (un mes es universal, otro mes por la evangelización) es una convocatoria mundial para transformar nuestra plegaria en «gestos concretos». Resume su plan de acción para movilizarnos cada mes, por la oración y la acción, por un propósito que nos invita a construir un mundo más humano y solidario.