Todos los Jueves realizamos Exposición del Santísimo Sacramento. Invitamos a todos a participar y a gustar la delicia de estar un rato en adoración al Señor, presente en la Sagrada Eucaristía. Las gracias que se pueden obtener en un tiempo como éste de oración y adoración a Cristo, cuando se aprovecha con intensidad espiritual, son realmente impresionantes. Quien lo experimenta lo sabe. Y Cristo te espera.
Lugar: Iglesia nueva de Santa Cruz
Día: Jueves
Hora: 19:30 hh.
¿Pueden evitarse las dificultades en la familia?
“Que la Eucaristía sea vuestro alimento, queridos recién casados, para el crecimiento humano y espiritual de vuestra nueva familia” (Catequesis en la Audiencia de este miercoles 17 de mayo). Estas fueron las palabras que el santo Padre Francisco dirigió no solo a los recién casados sino a todas las familias.
Una pregunta que es obligatoria hacernos en este tema es ¿pueden evitarse las dificultades o problemas en la familia? La respuesta es doble: SI y NO.
Comencemos por reflexionar sobre la segunda respuesta: NO. Esta realidad negativa -desde un juicio puramente humano- de la familia no es querida por Dios. Es consecuencia de la imperfección o desequilibrio que existe en el ser humano -hombre y mujer-. En efecto, desde la caída de nuestros primeros padres -Adán y Eva- la naturaleza del ser humano ha experimentado un desorden consigo mismo, con los demás y con Dios. Esta realidad imperfecta del ser humano hace que, desde fuera o desde dentro, surjan dificultades (No describiré la serie de problemas que puedes afectar a la familia, primero porque no es el objetivo de esta catequesis y segundo porque pienso que no es difícil traer a nuestra memoria tantas experiencias de este tipo).
Intentemos reflexionar ahora sobre la primera respuesta: SI. El desorden que existe en el ser humano evidentemente no puede ser sanada u ordenada por él mismo; necesita la ayuda de la gracia. Dios, sabiendo la condición con la que se encuentra el ser humano, le ofrece la ayuda de su gracia. Esta gracia la ofrece Dios, a través de distintos medios, uno de ellos son los sacramentos.
Ahora comprendemos mejor porque el Papa Francisco recordaba que la Eucaristía es el alimento indispensable para la familia. En la medida en que la familia se alimente de la Eucaristía, en esa misma medida irá sanando este desorden que existe en sus miembros; y en la medida en que vaya superando este desorden irá superando las dificultades o problemas que se viven en la familia. Recordemos que Jesús inicia su ministerio comiendo con unos recién casados y los saca de un apuro (Jn 2, 1-11).
Es verdad que la perfección o la vida en plenitud solo la alcanzaremos en el cielo, sin embargo, ya aquí en la tierra podemos iniciar a disfrutar aquello que nuestro Padre Dios nos tiene preparado.
Así pues, es indispensable que las familias -todos sus miembros- participen y se alimenten de la Eucaristía, es indispensable que comprendan lo necesario que es para cada uno de ellos la Eucaristía.
“Quien come mi carne y bebe mi sangre, habita en mí y Yo en él” (Jn 6, 56).
“Permaneced en mí y Yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí solo si no permanece en la vid, tampoco vosotros, si no pertenecéis en mí” (Jn 15, 4).