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En la simplicidad de un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre se encuentra el regalo más grande de la humanidad: Se encuentra EL SALVADOR.
El Señor sigue sorprendiendo a los hombres, al no verse entre lujos y la fastuosidad, sino por el contrario, en el pequeño que atendemos en Caritas y sus madres, en el anciano a quién favorecemos con la ropa necesaria, a quien conseguimos la medicina tan necesaria.
Este fin de semana el Grupo Juvenil se ha sumado a la atención del más vulnerable acercando un café caliente y unos sándwiches a quienes viven en la calle.
Nos sentimos honrados de servir a los más pequeños, en ellos descubrimos la grandeza de la sencillez y el valor del servicio.
A todos vosotros, gracias por ayudarnos a ayudar…!!!