Comenzamos una nueva sección en la página que hemos titulado “Ideas breves sobre nuestra Fe”. Se trata de unas breves catequesis siguiendo el Catecismo De la Iglesia Católica. Breves píldoras con las que iremos desgranando semana a semana aquello en lo que creemos y celebramos. Confiamos en que estas sencillas ideas sean útiles para conocer las verdades de nuestra Fe de un modo sencilla pero sistemático
REVIVIENDO EL CAMINO DE LA FE
Iniciamos un breve recorido en el camino de la fe que para algunos será un camino por conocer (los que no han recibido las enseñanzas basicas de la fe) y para otros será un revivir los primeros pasos en el camino de nuestra fe.
1. ¿Existe Dios?
La pregunta sobre la existencia de Dios ha sido un tema que ha estado presente durante toda la historia de la humanidad. Para muchos Dios no existe, y presentan un sinfín de argumentos para probarlo. En cambio, para nosotros Dios si existe.
Bastaría detenernos por unos minutos, silenciar nuestros pensamientos y deseos; y con el corazón y la mente abierta dejar que Dios mismo se revele en nuestro interior. Detenerse para reflexionar sobre la grandeza de la creación, sobre la grandeza de cada ser humano, bastaría para saber que Dios sí existe.
«A partir del movimiento y del devenir, de la contingencia, del orden y de la belleza del mundo se puede conocer a Dios como origen y fin del universo. San Pablo afirma refiriéndose a los paganos: «Lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se lo manifestó. Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad» (Rm 1, 19 – 20; cf. Hch 14, 15. 17; Hch 17, 27 – 28; Sb 13, 1 – 9).
Y S. Agustín: «Interroga a la belleza de la tierra, interroga a la belleza del mar, interroga a la belleza del aire que se dilata y se difunde, interroga a la belleza del cielo… interroga a todas estas realidades. Todas te responde: Ve, nosotras somos bellas. Su belleza es una profesión («confessio»). Estas bellezas sujetas a cambio, ¿quién las ha hecho sino la Suma Belleza («Pulcher»), no sujeto a cambio?» (serm. 241, 2).» (Catecismo de la Iglesia Católica 32)