Mañana día de la Candelaria se celebra la Jornada Mundial de la Vida consagrada. Se trata de un día para dar gracias a Dios por toda la Luz que la vida Consagrada ha aportado a la Iglesia, y de oración por las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa.
La vida consagrada es presencia del amor de Dios. Nosotros tenemos el gozo de contar en nuestras parroquias con tres comunidades de religiosas: Clarisas Capuchinas, Mercedarias de la Caridad e Hijas de Cristo Rey.
Cada comunidad tiene un carisma distinto – la clausura, la acogida de menores y la enseñanza- pero cada religiosa ha consagrado su vida al Señor en un una entrega de amor y servicio.
Cada consagrada, con su vida y testimonio, nos anuncia que Dios es Padre, es un Dios que ama con entrañas de misericordia. Es de justicia que recemos por ellas para que sean siempre fieles a la vocación a la que han sido llamadas y para que el Señor las colme con su gracia.
ORACIÓN
Oremos juntos para que la vida consagrada sea siempre presencia del Amor del Padre en el mundo:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
«Es el Padre nuestro, porque yo no soy hijo único. Ninguno de nosotros lo es. Y si no puedo ser hermano, difícilmente puedo llegar a ser hijo de este Padre, porque es un Padre, con certeza, mío, pero también de los demás, de mis hermanos».
Papa Francisco