Los cristianos celebramos con alegría el don del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, que el mismo Señor entregó en la Última Cena a su Iglesia. Junto a la celebración de la eucaristía en la Santa Misa, la exposición del Santísimo para su contemplación y adoración por los fieles cristianos, es uno de los momentos de máxima expresión de nuestra fe, no sólo el día del Corpus, sino en la práctica habitual de la iglesia.
Nuestra adoración ante Jesús Sacramentado manifiesta nuestra fe, más allá de lo que nuestros sentidos corporales nos muestran y nos ofrece la posibilidad de ser también nosotros los que nos expongamos ante la presencia de Dios.
La exposición Eucarística que se realiza los jueves en la Iglesia Nueva de Santa Cruz es, sin duda, una de las actividades más fecundas y eficaces de cuantas realizamos en nuestra parroquia.
Calladamente, jueves a jueves, el Santísimo permanece expuesto despues de misa de las siete y media de la tarde. Son bastantes personas las que dedican un rato todos los jueves a estar con el Señor expuesto, aunque sin duda es un número pequeño en proporción a los que formamos la comunidad cristiana de Santa Cruz.
Sin embargo, sería un error juzgar esta iniciativa sólo por el número de los participantes en ella. Resulta sugerente el constatar, como muchos reconocen que es una práctica altamente adictiva: cuando comienza a dedicarse un rato los jueves a la adoración eucarística, se genera una necesidad creciente de hacerlo todos los jueves y de prolongar el tiempo de oración.
Invitamos a todos a participar aparcando los afanes de cada día para ponernos en su presencia