Con frecuencia la Iglesia nos recuerda la necesidad de vivir en Gracia De Dios. Pero ¿que significa esto?
La gracia es una participación gratuita de la vida sobrenatural de Dios que inicia con el Bautismo y se pierde cada vez que se comete un pecado grave.
Para vivir en gracia y aumentarla debemos orar a diario, recibir los sacramentos de la Eucaristía y Confesión, escuchar la Palabra de Dios, leer libros religiosos, evitar malas amistades y las ocasiones de pecar. Es por esto que con tanta frecuencia se nos invita a recibir el perdón mediante la Penitencia.
Esta semana los niños que recibirán la Primera Comunión año celebraban el sacramento del perdón por primera vez. Nosotros tenemos la suerte de que en la parroquia hay la posibilidad de hacerlo pues a diario antes y después de la Eucaristía los sacerdotes estamos a disposición de todos los que lo deseen.
También cada domingo desde las 11:00 hasta las 13:00 dos sacerdotes están en la Capilla de la Confesión para atender a todos aquellos que deseen reconciliarse con el sacramento del Perdón.
Para que veamos la importancia y necesidad de recibirlo aquí ofrecemos algunos textos de la doctrina de la Iglesia al respecto:
El sacramento de la Reconciliación es uno de los aspectos o ingredientes más singulares y bellos de la Iglesia Católica. Jesucristo, en su abundante amor y misericordia, estableció este sacramento, para que nosotros como pecadores tuviéramos la posibilidad de obtener el perdón de nuestros pecados y reconciliarnos con Dios, con los demás y con nosotros mismos. Este sacramento “nos recupera y limpia”, nos renueva en Cristo.
“Jesús dijo nuevamente a sus discípulos: ‘La paz sea con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.’ Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo, a quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos’” (Juan 20,21-23).
La celebración comunitaria de la reconciliación expresa más claramente el carácter eclesial de la penitencia (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1482).
“El sacramento de la penitencia, como todos los sacramentos, es esencialmente una acción de Cristo y de la Iglesia, y no un simple momento privado de la vida espiritual del cristiano. Sin embargo, este aspecto eclesial de la penitencia no siempre ha sido suficientemente explicitado, desde hace muchos siglos, y por eso hay que esforzarse en recuperarlo” (Ritual de la Penitencia).
“De la misma manera que el pecado no se reduce a una cuestión individual, sino que tiene a la vez una dimensión eclesial, así también la reconciliación no es solo una relación entre Dios y el pecador, sino que implica una relación visible con la Iglesia” (Ritual de la Penitencia).