8. ¿Por qué es importante la cruz para los cristianos?
La respuesta a esta pregunta la podríamos dar todos sin mucho esfuerzo. Todos sabemos que la cruz fue el instrumento con la que Dios quiso salvarnos. Con razón el himno de Laudes del viernes santo canta: ¡Oh Cruz fiel, árbol único en nobleza! Jamás el bosque dio mejor tributo en hoja, en flor y en fruto. ¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza con un peso tan dulce en su corteza!
Desde entonces para nosotros los cristianos la Cruz cobra un inmenso valor: la vida de Cristo. Desde entonces, también, la cruz es el signo del cristiano, es aquello que identifica a un cristiano. Por ello, habitualmente con mucho orgullo y, a la vez, con mucho respeto y piedad, en nuestras casas, iglesias, capillas, ermitas, etc., ponemos una cruz; incluso, nosotros mismos portamos una, algunos en el bolsillo otros prefieren llevarla colgada al cuello, porque sabemos lo que representa.
El signo de la cruz nos acompaña durante toda nuestra vida: recibimos la señal de la cruz cuando fuimos bautizados; quizá, antes o después del bautismo, nuestros padres, conocidos o, tal vez, algún sacerdote nos bendijeron trazándonos la señal de la cruz; después durante la recepción de los demás sacramento hicimos y realizamos la señal de la cruz; en tantos momentos de nuestra jornada hacemos la señal de la cruz, por ejemplo, al iniciamos y final una oración, cuando entramos en una iglesia, cuando nos encontramos ante una imagen de la misma cruz, una imagen del mismo Señor, de la Santísimo Virgen María o de algún santo, etc.; y al final de nuestra vida, un sacerdote mediante el sacramento de la Unción de los enfermos, nos hará la señal de la cruz.
Así pues, la cruz nos recuerda el misterio de nuestra salvación y, a la vez, cuando nos signamos o santiguamos recibimos la bendición de Dios.
“NO HAY MEJOR LEÑA PARA ENCENDER EL FUEGO DEL AMOR DIVINO, QUE EL SANTO MADERO DE LA CRUZ” (san Ignacio de Loyola).