15. ¿Existe el infierno?
Sí, el infierno existe. El mismo Jesús habla sobre su existencia cuando dice “atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas” (Mt 22,13. También Jn 6, 37). Jesús habla del infierno como un estar fuera, un estar lejos de Dios, un estar en tinieblas.
Sin mucho esfuerzo, al considerar estas afirmaciones es claro que el infierno es un estado desagradable, un estado en el que a ninguno le gustaría estar. Y si recordamos que la fuente de la felicidad es el mismo Dios, es claro también que lejos de quien es la fuente solo se puede encontrar tristeza, desolación, desesperación, dolor, etc. En palabras de Jesús “allí será el llanto y el rechinar de dientes” (Mt 22,13).
Con razón el catecismo afirma que “nuestra fe llama infierno al estado de la separación eterna de Dios. Quien en la presencia de Dios ve con claridad el amor y sin embargo no lo acepta, se decide por este estado (Cf. Catecismo 1033-1036). Y el papa emérito Benedicto XVI nos recuerda que “Jesús ha venido para decirnos que quiere tenernos a todos en el paraíso y que el infierno, de lo que se habla poco en nuestro tiempo, existe y es eterno para todos los que cierren su corazón a su amor” (Benedicto XVI 08/05/2007).