Hoy nos felicitamos en la parroquia por una doble celebración de la santidad. Esta es la meta de la vida cristiana a la que nunca renuncian los hijos de Dios moldeados por el Espíritu Santo hasta unirse con Jesús en un parecido espiritual inmenso.
Nada mejor que ver plasmado este ideal en dos ejemplos concretos de personas a las que se les salía de dentro el corazón con tanto amor como el que cultivaban en él.
Hablamos de San Pelayo y San Josemaría Escrivá, que figuran hoy en el calendario litúrgico. En nuestra comunidad parroquial tendrán una memoria muy particular: a las 11 horas D. Ovidio Currás presidirá la eucaristía en honor a San Paio. Este sacerdote colabora de manera habitual en la capilla que guarda la imagen del santo.
San Paio (o San Pelayo) fue el sobrino de un obispo gallego que defendió su fe y su integridad moral ante las propuestas indecentes de un sultán que lo retenía como prisionero de guerra. Época medieval y respuesta santa de un muchacho joven, San Pelayo, dando testimonio de su incondicional seguimiento a Jesucristo.
Por la tarde, a las 19 en la iglesia de Santa Cruz, el sacerdote D. Ramón Pereira presidirá la Eucaristía en la que San Josemaría servirá de aliciente e intercesor para llevar adelante los pequeños detalles de la vida cotidiana como una ofrenda y regalo de amor al Señor. Un santo cercano del siglo pasado -canonizado a principios del presente siglo- que marcó una huella moderna en la iglesia, actualizando el Evangelio y aplicándolo a las circunstancias presentes.
Dos épocas; dos caminos distintos; dos circunstancias muy diferentes; dos edades… Pero solo el cielo como destino y esta tierra como campo de acción para el amor a Dios y a los hermanos.