El domingo 27 de octubre Caritas celebró el día de las personas sin hogar.
Queremos decir “¡basta ya!” de vulneraciones de derechos, de invisibilidad, de sufrimiento, de vivir en la calle, de inseguridad, de agresiones, de no poder acceder a una vivienda… de no tener hogar. Este año queremos también PONERLE CARA al sinhogarismo. Queremos mirar a esta realidad de frente, sacarla de la invisibilidad y recordar que estamos hablando de personas concretas, con nombres, apellidos y rostro.
El próximo 24 de octubre, con motivo del Día de las Personas Sin Hogar salimos a la calle para participar en la Campaña de las Personas Sin Hogar con la que queremos visibilizar la realidad de tantas personas que viven en esta situación.
No tener hogar es más que no tener una casa… se trata de un cúmulo de aspectos que engloban un espacio físico pero también otras dimensiones que son fundamentales para nuestro bienestar y el de todo ser humano (relaciones, sentido vital, acceso a derechos…). Las diferentes organizaciones en las que participamos nosotras y nosotros, llevamos ya 27 años celebrando esta jornada que trata de sensibilizar sobre esta realidad y abrir caminos que nos ayuden a afrontarla. Sin embargo, y a pesar de los logros innegables conseguidos, nos da la impresión de que se asemeja a una tormenta de verano que, una vez pasada, nos sumerge de nuevo en la invisibilidad en la que habitualmente vivimos.
Ponle Cara
El lema de este año nos invita a ponernos cara… Todos sabemos la importancia que tienen los rostros concretos a la hora de sintonizar con los problemas. Se calcula que en España son unas 40.000 las personas que nos encontramos en situación de sin hogar.
Esta cifra se agrava al conocer, tal y como nos indica el Informe FOESSA, que la exclusión social severa ha crecido en nuestro país y que las situaciones de personas que vivimos en hogares precarios o de inseguridad en la vivienda está también en aumento.
Pero detrás de estos datos fríos y anónimos siempre estamos personas concretas, personas que sufrimos y lloramos, personas que amamos y perdonamos, personas que, en definitiva, queremos ser felices.Cuando somos capaces de superar nuestros miedos, estereotipos y prejuicios y acercaros a nosotros, podréis observar que representamos una realidad tan plural, en la que podéis descubrir, como en todo ser humano, hombres y mujeres que estamos llenos de miserias, de riquezas y de posibilidades. Poner cara y rostro es el primer paso para contribuir a una sociedad más inclusiva que no deje en los márgenes a ningún ser humano que siempre es su auténtico valor.
El sinhogarismo se puede prevenir
Nos parece importante que, de cara a afrontar el problema social que tenemos delante, junto a la cercanía, comencemos afrontando con diligencia la prevención de las situaciones que llevan al sinhogarismo. Como en la salud, la transformación comienza previniendo las circunstancias que lo provocan. En ese sentido son muchísimos los aspectos que intervienen para que una persona acabe en situación de sinhogarismo.
Podríamos decir que cada persona tiene su propia historia y su propio proceso. Sin embargo, hay algunos aspectos que coinciden en los procesos de la mayoría de nosotras y nosotros. Estos elementos tienen mucho que ver con la falta de recursos económicos y de ayudas sociales; con la falta de un trabajo digno; con las circunstancias personales (enfermedad, adicciones, relaciones familiares, hábitos…); y al final, con la ausencia de acceso al derecho a una vivienda.
Si estas son las circunstancias que abocan a tantas caras y rostros a vivir en la calle, como sociedad tenemos que afrontar el reto de trabajar juntas y juntos en la prevención del problema. En ese sentido nos preocupa este tipo de sociedad que estamos construyendo donde las relaciones se están debilitando y donde los lazos personales se rompen o se mueven desde claves utilitaristas o economicistas. Junto a ello, nos preocupa enormemente la realidad del trabajo que impide, en muchas ocasiones, una vida digna que posibilite salir de la exclusión y de la pobreza.
Por todo esto nos unimos el próximo día 24 de octubre en la Plaza de Callao. De allí marcharemos hasta la Puerta del Sol, donde celebraremos un acto con las personas sin hogar como protagonistas.
Únete a nosotros y #PonleCara al #Sinhogarismo.
Los datos
Según recoge la Fundación FOESSA, 10 años después del comienzo de la crisis económica, y 4 años después de su punto de inflexión en 2013, las personas en situación de exclusión no se han recuperado, sino que han empeorado. Así, se ha producido un incremento de un 12% más de personas en exclusión social y de un 40% de población sufriendo la exclusión social severa, que es la factura en términos de exclusión social que nuestra sociedad ha pagado tras una crisis económica de 6 años y 4 años de recuperación.
En un contexto de análisis de este ciclo de diez años, donde tanto la población como los hogares han crecido en España, el aumento con respecto a 2007 de las situaciones de exclusión es más marcado conforme más severa es la misma. 4,1 millones de personas permanecen en una situación de exclusión severa.
En el caso de los hogares, la evolución de los datos de exclusión es aún más marcada: en la actualidad tenemos 1,5 millones en situación de exclusión severa, frente a los 914 mil de 2007, lo que significa que hay 587 mil
hogares más en esta situación que antes de la crisis, un 64,1%4.
El problema de la vivienda
Según datos de Foessa, casi 800.000 hogares y 2,1 millones de personas sufren situaciones de inseguridad en la vivienda. Una realidad que afecta a 4 de cada 100 hogares en España. La inseguridad en la vivienda provoca una inestabilidad vital importante, asociada a la incertidumbre sobre si se podrá seguir residiendo en dicha vivienda en el corto o medio plazo. Alrededor de 1.300.000 hogares y 4,6 millones de personas sufren situaciones de inadecuación en la vivienda.
Una realidad que afecta a 7 de cada 100 hogares en España. La vivienda inadecuada provoca una situación de falta de confort y de condiciones adecuadas para vivir, como la dificultad de acceso a suministros, las infraviviendas, deficiencias estructurales, etc.
Los desahucios
Según datos del Consejo General del Poder Judicial, en 2108 España se realizaron 59.671 desahucios (lanzamientos). Un 62,5% de los lanzamientos (37.285) ha sido consecuencia de procedimientos derivados de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), mientras que otros 18.945 (31,7%) se derivaron de ejecuciones hipotecarias, y los 3.441 restantes obedecieron a otras causas.
La desigualdad
No sólo somos el cuarto país más desigual de la UE, sino que, tras Bulgaria somos el segundo país europeo en el que la distancia entre ricos y personas empobrecidas ha aumentado más. Mientras que, en 2008, el 10% de los hogares más ricos contaban con 9,7 veces más ingresos que el 10%
de los más pobres, en 2017 tienen 12,8 veces más.
¿Cuántas personas duermen diariamente en la calle?
Siguen siendo más de 40.000 las personas en situación de sin hogar en todo el territorio español. Los recuentos de personas sin hogar que se realizan en las grandes ciudades tampoco arrojan cifras muy alentadoras. Por ejemplo, en los recientes datos del recuento realizado en la ciudad de Madrid, el balance respecto a los datos de 2016 supone un aumento de un 24% de personas localizadas durmiendo en la calle y un 11 % de aumento de personas pernoctando en centros de la red de atención a personas sin hogar. Un total de 3006 personas, distribuidas de la siguiente manera: 650 en calle, 1.250 en centros, 683 en pisos con proyectos sociales, 189 en asentamientos y 234 en centros de acogida a personas migrantes.
El papel de los centros de atención a personas sin hogar
Los centros de alojamiento para personas sin hogar de España acogieron a una media de 18.001 personas diariamente durante el año pasado, de las que 4.566 eran mujeres. Esta cifra es un 9,5% superior a la registrada en 2016, según los resultados de la ‘Encuesta de centros y servicios de atención a las personas sin hogar’ correspondiente a 2018, publicada este mes de septiembre por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Por CC.AA., los mayores gastos medios anuales por centro se registraron en la ciudad autónoma de Melilla (con 2,8 millones de euros), la ciudad autónoma de Ceuta (2,4 millones) y en Comunidad de Madrid (560.183). Por el contrario, Castilla y León (166.522 euros), Castilla-La Mancha (199.781) y País Vasco (203.606) presentaron los gastos medios por centro más bajos.