Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles.
Con estas solemnes palabras declaraba el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus, el Dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, pero esta certeza era muy anterior en la Fe del pueblo. La primera referencia a la Inmaculada Concepción la tenemos en 1128. Ese año, los canónigos de Lyon decidieron santificar la celebración del 8 de diciembre, día de la concepción de Santa Ana. En España, parece probable que en 1309 la fiesta ya se celebrase en Santiago de Compostela y en 1369 en Sevilla. La tradición española de defensa del dogma de la Inmaculada Concepción es secular. Quizá es uno de los países que históricamente más se ha destacado en la expansión de esta devoción, que además cumple este año los 259 años de patronazgo en España.
Cada 8 de diciembre la Iglesia – y nosotros con ella- celebra este dogma de fe que nos revela que, por la gracia de Dios, la Virgen María fue preservada del pecado desde el momento de su concepción, es decir desde el instante en que María comenzó la vida humana. Como cada año hemos celebrado una novena en su honor que culmina con la celebración de una misa solemne a las 11:30 hh. en la Iglesia nueva de Santa Cruz.
“Esta fiesta de la Inmaculada ilumina como un faro el período de Adviento, que es un tiempo de vigilante y confiada espera del Salvador. Mientras salimos al encuentro de Dios, que viene, miremos a María que «brilla como signo de esperanza segura y de consuelo para el pueblo de Dios en camino» («Lumen gentium», 68)”. Benedicto XVI
Lugar: Iglesia nueva de Santa Cruz
Día: Domingo 8 de diciembre
Hora: 11:30 hh