Siempre se ha dicho que estamos ante la generación mejor preparada de la historia y la más solidaria. Suena a tópico pero los chicos y chicas del Grupo Juvenil de la parroquia responde a esos criterios.
Un fin de semana más de han pegado el madrugón para preparar un desayuno caliente y recorrer las frías calles buscando a quienes hacen de ellas su hogar y repartirles un café caliente, un poco de dulce, unos sándwiches y mucho cariño.
Se trata de acciones puntuales y que desarrollan en el tiempo de vacaciones de Navidad cuando están más libres de sus compromisos académicos. Y esta acción no está destinada a “combatir el hambre” entre los “sin techo” pues para ello existen entidades en nuestro entorno que – con rigor y continuidad- realizan esa gran labor los 365 días del año.
El fin de esta actividad de nuestros jóvenes va mucho más allá de repartir unas viandas. Se trata de conformar un grupo en el que compartir valores de respeto, apoyo, empatía y generosidad bajo el paraguas del disfrute y la diversión y conformando un espacio de inclusión para todos. Como ellos mismo comentaron al término del reparto es más reconfortante para ellos que para los que acompañan con el desayuno