Mañana comienza el octavario de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Se trata de los ocho días antes de una semana en la que la intención principal del rezo de toda la Iglesia es la unidad en el credo cristiano, con indiferencia de confesión. Se trata de una jornada en la que las Iglesias y comunidades de distintas partes del mundo rezan juntas y las unas por las otras. Se trata de un tiempo dedicado a la oración por la unidad de todos los bautizados, según la voluntad de Cristo: que todos sean una sola cosa.
Las fechas que se eligen para celebrar estos ocho días son intencionales. De hecho, son las mismas desde 1908. El significado de estas fechas es que abarca el tiempo que hay entre la fiesta de la Confesión de San Pedro y la de la Conversión de San Pablo, dos pilares de la Iglesia.
Nos mostraron una humanidad poco común» (Cf. Hch 28, 2) es el lema de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que se celebrará del 18 al 25 de enero de 2020. Los obispos de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales también han hecho público un mensaje en el que explican que este año el Octavario se inspira en la narración de la tempestad que sufrió la nave que llevaba a san Pablo a Roma con algunos prisioneros y que acabaron socorridos en Malta «con verdadera humanidad por los nativos de la isla y por el personaje principal, Publio, que acogió en su propia casa a los náufragos y los auxilió hasta la admiración».
«Un relato de gran actualidad- afirman los obispos-, si pensamos en las travesías de los emigrantes y refugiados en busca de puerto seguro en el Mediterráneo. Miles de ellos huyen de sus países de origen perseguidos por su fe o sus ideas. El relato contrastado con la realidad de cada día es una fuerte llamada a la unidad de acción de todos los cristianos, para que tratemos con solícita humanidad a cuantos nos piden ayuda. Los países de los que proceden los emigrantes padecen males sociales y desórdenes que les obligan a buscar unas condiciones de vida mejor entre nosotros. Es necesario ayudar a los países que los emigrantes abandonan, promoviendo en ellos el respeto a los derechos humanos, la libertad religiosa y el bienestar social que ahora no pueden legítimamente ofrecer a cuantos se ven obligados a emigrar».
La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos es ocasión propicia para que conozcamos mejor el diálogo de la Iglesia católica con las Iglesias y Comunidades eclesiales sobre la doctrina de la fe, llevado adelante con gran esfuerzo y dedicación.
Como parroquia deseamos y pedimos al Señor que nuestra unidad como cristianos se manifieste no solo mostrando hospitalidad amable hacía nuestros cercanos, sino que también se manifieste con una solicitud poco común en el mundo de hoy hacia el extranjero, el forastero, el migrante y todos los pobres, en lo que Jesús viene a nuestro encuentro