Volvemos a hacer un llamamiento a todos para animar a que haya nuevos y nuevas CATEQUISTAS. Es una manera muy concreta de ayudar a la parroquia, ayudando a los niños a encontrarse con Dios y, al mismo tiempo, ayudarse uno mismo a crecer en la fe.
La enfermedad y el traslado por trabajo de algunas catequistas hace que, una vez más, estemos rugidos para encontrar person dispuestas a colaborar cediendo un poco de su tiempo y poniéndolo al servicio del Evangelio.
No hay nada más evangelizador que una experiencia vital y más si uno la comparte con otros. Miremos la experiencia de dar vida a un hijo, una de las experiencia más maravillosas del hombre, no por ello privada de dolores que se mezclan con gozo y alegría. Podemos pensarnos como catequistas compañeros de la Vida que crece a nuestro alrededor y de esta analogía desprender una lista de actitudes para encarnar y así crecer como discípulos misioneros Suscitar la vida.
Gracias de antemano por vuestra colaboración.