Desde el pasado 18 de enero la Iglesia – y nuestras parroquias con ella- hemos estado rezando especialmente por sus miembros y por todos los que creemos en Cristo. Hoy, con la Fiesta de la Conversión de San Pablo, clausuramos esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que debe ayudar al pueblo cristiano a renovar su compromiso a favor de la unidad y a intensificar las iniciativas comunes en el camino hacia la perfecta comunión de todos los discípulos de Cristo.
Este año el lema propuesto por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias es el de ‘Nos mostraron una humanidad poco común’, que como explican los obispos de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española, está inspirado en la narración de la tempestad que sufrió la nave que llevaba a san Pablo a Roma con algunos prisioneros y que acabaron socorridos en Malta con verdadera humanidad por los nativos de la isla y por Publio, que acogió en su propia casa a los náufragos.
Un relato, según los obispos españoles, “de gran actualidad si pensamos en las travesías de los emigrantes y refugiados en busca de puerto seguro en el Mediterráneo”.