Cáritas de Sta. Cruz no se detiene durante la crisis del coronavirus. La atención básica de las 92 familias en desamparo económico permanece activa. Además, continúa ejerciendo su labor el gabinete psicológico y de escucha y se mantiene el contacto diario con los usuarios, para evaluar el modo de encajar las dificultades de la presente crisis sanitaria. Se han constituido dos “brigadas de emergencia”, operativas a través de sus voluntarios para realizar gestiones burocráticas, repartir medicamentos y solucionar las urgencias, evitando a los usuarios (especialmente a lso mayores y enfermos) tener que salir de casa.
El servicio parroquial de Cáritas trabaja con intenso ritmo semanal durante todo el año, movilizándose para encauzar donaciones (a través de importantes campañas públicas de recogida de alimentos en grandes superficies, por ejemplo) o tramitar documentación (con servicio jurídico que orienta a los usuarios). Colaboran con la inserción al mundo laboral y supervisan ayudas para el alquiler, farmacia, educación, luz, gas, óptica, desplazamientos, etc. Ropero de considerables dimensiones, reparto de juguetes y atención infantil que abarca la preparación para el cuidado de la higiene en el hogar, la dotación de pañales u orientaciones de enfermería.
Asimismo, la dimensión formativa ocupa un lugar importante durante el curso pastoral: charlas de concienciación en los colegios de la zona; cursos para usuarios y voluntarios; actividades de promoción humana a través de la cultura (conciertos, conferencias, exposiciones, teatro, etc.)