Queridos feligreses:
¡Verdaderamente ha resucitado el Señor, Aleluya! Es el grito que resuena gozoso en esta fiesta de Pascua. La Resurrección es la clave para interpretar toda su vida, y el fundamento de nuestra fe. Sin esa victoria sobre la muerte, dice San Pablo, toda predicación sería inútil
Hemos vivido una Semana Santa diferente Nuestros días de Cuaresma se han convertido en días de cuarentena llenos de estudio virtual, teletrabajo y labores compartidas.
Pero esta situación que vivimos de soledad, incertidumbre, tristeza y aislamiento la vivimos confiados en Dios. “¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?… “en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado”
En esta noche cada uno de nosotros hemos escuchado que Jesús no está entre los muertos, que ha resucitado. Como las mujeres del evangelio estamos llamados a ir y anunciar a los demás que Jesús resucitó y que ha hecho grandes cosas por nosotros.
Allí donde trabajamos, donde estudiamos, donde nos movemos cada día, muchos no han escuchado esta alegre noticia. Allí, cuando pase esta pandemia que nos tiene confinados, es preciso que les anunciemos que la verdadera vida está en Jesús, el Hijo de Dios, muerto y resucitado. En palabras del Papa Francisco: “Ninguno de nosotros es cristiano por casualidad!,¡Ninguno!”.
Confiado en que todos seamos conscientes de nuestra misión os deseo de todo Corazon Felices Pascuas y que la Reina del Cielo os acompañe.
Con todo cariño os bendice vuestro párroco.
José Carlos Alonso Seoane