En muchos ayuntamientos se ha tejido una red entre Gobierno y entidades como Cáritas y Clubes de Leones que conforman una red de seguridad fundamental para cubrir la creciente demanda que ha provocado un drama como el actual. «El Club de Leones de Sada ha pasado de 60 a 193 usuarios, beneficiarios de ayudas, el pasado mes de abril. Estoy asustando, no sé dónde acabará esto. Hace un mes que estoy en esto y trabajo de diez de la mañana a diez de la noche, aún fui por la mañana a llevarle comida a una señora de A Coruña y ahora por la tarde a las seis voy a repartir de nuevo. Le llevamos paquetes incluso a gente de fuera de Sada, como una familia de Betanzos que quedaron todos en paro, y con dos niños de 7 y 10 años, que al ver los paquetes que les traíamos, con algunas chocolatinas y cereales, dijeron, mamá, mamá, es Navidad? Me caía el alma a los pies» cuenta Isaac Fernández, presidente de los leonistas de Sada, entidad que en mes y medio ha repartido diez toneladas de alimentos.
Fernández está impactado por las situaciones que está viviendo, gente que se ha quedado sin ingresos, personas mayores solas y viviendo en muy malas condiciones y que sin embargo, no piden ayuda, y los voluntarios se las ingenian para dársela de forma que no menoscabe el patrimonio más esencial de una persona, su dignidad.
En Oleiros están muy coordinados leonistas, Cáritas y Concello y tampoco tienen un momento de descanso. Han notado también un incremento de demanda pero ya la habían apreciado hace unos tres o cuatro meses, con la llegada de muchas familias de Latinoamérica. El pasado mes de abril Cáritas Santa Cruz repartió entre las 90 familias usuarias (en total, unas 300 personas) un total de 14.500 kilos de frutas y verduras del Fogga (Fondo Galego de Garantía Agraria), órgano de la Xunta que reparte estos excedentes europeos.
«El Fogga es una maravilla. Y también nos llegaron 3.000 kilos de plátanos entre marzo y abril que nos regalan los productores de Canarias. No creo que hay supermercado ni gran superficie en toda la comarca de A Coruña que reparta tanta fruta y verdura como nosotros en una sola tarde, la de los miércoles cada quince días, que es cuando repartimos a los usuarios, ahora espacios de uno en uno y todos con trajes y medidas de seguridad, claro», explica uno de los veteranos voluntarios de Cáritas, Miguel Anta.
Anta acude a diario al Banco de Alimentos Rías Altas (Balrial) y elogia su funcionamiento y también el del Concello de Oleiros que ha aumentado más su implicación, incluso dando vales de productos perecederos a todas las familias que lo necesitan.
El Club de Leones de Oleiros, aparte de su labor habitual, ahora están comprando y repartiendo tablets entre mayores de residencias para que puedan hablar por videoconferencia con sus familiares. «Vemos que viene gente que nunca pensó que serían usuarios, familias que se han quedado los dos sin trabajo y tienen que pedir comida», explica Ricardo Gómez.
Fuente: La Opinión de A Coruña