Una escena repetida infinidad de veces; un chico y una chica se encuentran.
El Creador les puso en ese lugar preciso el día justo.
Buscaron conocerse y tratarse. Les gustó la experiencia.
Buscaron estar juntos y compartir las pequeñas y grandes cosas de la vida. Les agradó. Desearon abrir los corazones para sacar lo mejor de cada uno. Encontraron un tesoro.
Y desearon más; más tiempo juntos, más compromiso de ambos, más futuro compartido. En definitiva, más amor.
De pronto se encontraron buscando el bien del otro a pesar del sacrificio propio.
Y encontraron una fuente que no se agota; entre más compartían más había para compartir.
Así que juntos buscaron, desearon y se hallaron en un mismo camino. El matrimonio.
Un camino donde saben que tendrá pruebas que superar y alegrías para disfrutar.
Pero sobre todo saben a ciencia cierta que habrá mucho amor y muchos frutos. Los hijos.
En su vida sabrán que:
– Habrá muchos familiares que querrán ayudar, aunque a veces entorpecen más ayudan.
– Habrá muchos amigos que querrán estar presentes a todas horas, pero preferirán la intimidad. – Habrá muchos sueños, unos se quedarán por el camino, otros aparecerán por sorpresa.
– Habrá y habrá y habrá.
Y aprenderán en :
– La experiencia de otros matrimonios que el amor lo cura todo, lo supera y lo abarca todo.
– La vivencia de otros que hay que estar atentos; el tropiezo está a la vuelta.
– El dolor de otros que no hicieron lo suficiente para mantener ese amor.
– La impotencia de otros que no supieron cómo y cuándo desapareció su amor .
– La desilusión de otros que creyeron en los cuentos de hadas.
– La plena felicidad de otros, que han llegado hasta el final, en una batalla ardua, pero llevadera.
La ternura de los matrimonios mayores, cogidos de la mano a lo largo de un camino seguro, les muestra que vale la pena:
– Intentarlo
– Vivirlo
– Disfrutarlo – Ofrecerlo.
Aprenden que la ruta segura es ofrecer todo al que nos ha dado TODO Ponerlo a los pies del que es el AMOR con mayúsculas.
Del que nos acepta como somos pero no nos deja donde estamos.
Y ese AMOR viene del corazón que lo abarca todo.
El CORAZÓN DE JESÚS, que muestra el auténtico camino y la vida verdadera.
Por eso:
Cuando se sienten sin fuerza.
Cuando les parece que caminan perdidos.
Cuando sienten que no hay nada más que hacer.
Acuden a ese Sagrado Corazón que han puesto en su casa
Cuando la alegría les inunda.
Cuando sienten que todo es bondad y belleza.
Cuando la felicidad les llena por completo.
Miran para el Sagrado Corazón, que no desea otra cosa que su felicidad completa y ofrecen las pequeñas acciones del día, como ofrendas que le agradan.
La parroquia os desea, como a los chicos de la escena, que vuestro hogar matrimonial esté presidido por Él, por lo que os entrega este pequeño obsequio con los mejores deseos y bendiciones, que han sido elaborados artesanalmente en el TALLER DE ARTE KATZAE
¡Escoge el tuyo!