Jesucristo pasa y actúa también en esta realidad de la pandemia.
Una vez pasado el confinamiento y las diferentes fases de la alerta sanitaria , la Iglesia nos pide que volvamos en comunidad más intensamente a la Eucaristía, a la oración y seguir en esta actitud de esperanza en cada uno de nuestros hogares, las iglesias domésticas donde Dios se hace presente junto a su Madre.
La semana pasada el Arzobispo de Santiago D. Julián Barrio anunció a todos los diocesanos que finalizaba la dispensa del Precepto Dominical que se había prorrogado durante varios meses invitándonos a volver al Templo y participar en las celebraciones dominicales como es costumbre y deber de todo cristiano.
Para mayor tranquilidad de todos en los diferentes templos de la Unidad Pastoral que formamos en Liáns-Dorneda-Nos hemos extremado las medidas de protección siguiendo las indicaciones de las autoridades sanitarias: gel hidroacoholico, uso de mascarillas, desinfección de templo -asientos, vasos sagrados y todo lo que se ha “usado” en la celebración- distancia social, etc…
El respeto escrupuloso a las normas sanitarias ha obligado incluso a entrar en pequeños detalles como la distribución en silencio de la comunión. El diálogo que la acompaña (“El Cuerpo de Cristo”, “Amén”) se pronuncia de forma colectiva. Después de la respuesta “Señor no soy digno…” la comunión es distribuida preferentemente en la mano, evitando cualquier contacto entre las manos del ministro y la del fiel.
Si alguna persona no puede asistir aún al templo, invitamos a que sigan las celebraciones litúrgicas siempre en directo (no grabaciones) por los medios de comunicación o redes sociales sin distracciones y con decoro, respeto y devoción.
Además, ayuda mucho a crecer en vida interior tener alguna lectura piadosa, ver películas sobre la vida de Cristo y los santos y, sobre todo, hacer oración.
Te esperamos el próximo domingo
¡Cristo viene para salvarte!