Siempre se ha dicho que, si se cierra una puerta, se abre una ventana.
Esta expresión bien podía reflejar lo que estamos viviendo en la
Parroquia este curso. Estábamos acostumbrados a que el verano estuviese plagado de actividades a causa de las numerosas celebraciones que durante el tiempo se realizan: comuniones, bautizos, bodas, etc… y a las múltiples reuniones que ello conlleva de preparación de las ceremonias, catequesis, cursos de formación o simples encuentros.
Como es sabido, la pandemia del COVID que estamos padeciendo trajo como consecuencia la suspensión de la gran mayoría de todas esas celebraciones.
Pero una parroquia lo hemos dicho desde el primer día de confinamiento estamos parados sino más bien al contrario invertimos ese tiempo qué hora ha quedado libre en realizar distintas tareas.
Decía San Josemaría que vacaciones no es no hacer nada si no cambiar de actividad. Y eso es lo que hemos hecho ocupando todo ese tiempo que la ausencia de todas esas actividades nos ha dejado libre en realizar tareas de reformas y restauración en los distintos templos de nuestra Unidad Pastoral. Así en semanas y días diferentes hemos presentado distintas actuaciones restauración de imágenes, Reparaciones varias labores de mantenimiento en el templo etc.
Hoy queremos presentar una nueva. Se trata de una imagen del Crucificado tamaño natural; una talla que por su gran tamaño estaba retirada del culto y que se conserva en los salones parroquiales.
Se comenzó consolidando puntualmente las zonas con peligro de pérdida, se llevaron al sitio los levantamientos de la zona de la espalda. La imagen presentaba suciedad superficial y bastantes desconchados en diferentes partes del Cristo. Especial tratamiento recibió el “paño de pudor” que estaba bastante dañado y tuvo que ser reconstruido en algunas partes y pintado de nuevo. Además se realizó una nueva corona de espinas pues la anterior, hecha de leño de espino, estaba completamente deshecha.
Al tiempo se realizó una eliminación de todo el metal oxidado al que se pudo llegar, sustituyéndolo por material lígneo. Es el caso de uno los clavos que fue sustituido por uno de nueva realización.
Otra de las intervenciones sobre la imagen fue la sustitución De la Cruz por encontrarse completamente apolillada haciendo imposible su conservación.
A esta imagen junto con otras que están retiradas del culto también les ha llegado la hora pues, aunque no estén expuestas a la veneración de los fieles , tenemos la obligación de conservar el Patrimonio de la parroquia fruto de la generosidad de los feligreses a lo largo de los siglos y que verán la luz en los próximos días y que también están siendo objeto de diferentes intervenciones para su recuperación.
Agradecemos de todo corazón el generoso trabajo de todos aquellos que han hecho posible su recuperación en las distintas fases, transporte, restauración, carpintería, reubicación, etc… pues ha sido un trabajo ímprobo en beneficio de todos y sin esperar nada a cambio.
¡Que Dios se lo premie!