Los catequistas tienen una misión insustituible en la transmisión y profundización de la fe.
El ministerio laical del catequista es una vocación, es una misión. Ser catequista significa que uno ‘es catequista’, no que ‘trabaja de catequista’. Es todo un modo de ser, y hacen falta buenos catequistas que sean a la vez acompañantes y pedagogos.
Hacen falta personas creativas que anuncien el Evangelio, pero que lo anuncien, no digo con sordina pero no con bocina, sino con su vida, con mansedumbre, con un lenguaje nuevo y abriendo caminos nuevos.
Y en tantas diócesis, en tantos continentes, la evangelización fundamentalmente está en manos de un catequista.
Demos las gracias a los catequistas, a las catequistas, por el entusiasmo interior con que viven esta misión al servicio de la Iglesia.
Recemos juntos por los catequistas, llamados a proclamar la Palabra de Dios: para que sean testigos de ella con valentía, con creatividad, con la fuerza del Espíritu Santo, con alegría y con mucha paz.
El Video del Papa: ¿Qué es ser catequista para el Papa Francisco?
604
previous post