Calles engalanadas, luces de colores, decoración de numerosos negocios, la televisión… Todo nos indica que es Navidad.
Pero, ¿no es verdad que la Navidad que se nos anuncia es casi exclusivamente una Navidad comercial? El Papa Francisco afirmaba: “La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien un poco de silencio, para oír la voz del Amor”. Vivir la Navidad es dejarse sacudir por su sorprendente novedad.
Llega la Navidad. Dios viene a habitar entre nosotros, pobre y necesitado, para decirnos que sirviendo a los pobres lo amaremos
El Santo Padre Francisco nos recordaba en una Carta Apostólica el significado y el valor del Belen invitando a que en todos los hogares se pusiese este “signo admirable” Por mi parte, y haciendo mías sus palabras, os invito a “encontrar algún momento para deteneros, hacer un poco de silencio, e imaginar a la Virgen y a san José que están yendo hacia Belén: el camino, el cansancio, pero también la gloria, la conmoción, como el ansia por poder encontrar un lugar, la preocupación…,”
Que busquemos entrar en la verdadera Navidad, la de Jesús, para recibir la gracia de esta fiesta, que es una gracia de amor, de humildad y de ternura.
¡Feliz Navidad!