Queridos padres y madres:
La educación se presenta hoy como una tarea compleja, afectada por rápidos cambios sociales, económicos y culturales. Su misión específica sigue siendo el crecimiento y la formación integral de la persona y es una tarea primordial de la familia, siempre desde la responsabilidad profundamente sentida por el bien de los propios hijos: los padres sois los primeros y principales educadores de vuestros hijos, y habéis de ejercer con libertad este derecho. Para ello, en el respeto y la colaboración con esta responsabilidad primera de la familia, la escuela realiza una labor imprescindible, como en un compromiso compartido.
El próximo curso entra en vigor una nueva ley educativa, la LOMLOE, la octava ley en cuarenta años de democracia, lo que evidencia, una vez más, la necesidad, y al mismo tiempo la incapacidad, de alcanzar un Pacto por la Educación. La asignatura de Religión conserva una situación conocida, aunque no sea la deseada: oferta obligatoria en todas las etapas y libre elección; sigue siendo evaluable, pero no computable cuando entran en concurrencia los currículos, y se limita la carga lectiva, reduciéndola a los mínimos posibles según la ley. Lamentamos que no haya habido en las autoridades responsables mayor percepción de la necesidad de cuidar un ámbito tan decisivo para la educación integral de la persona. Esperamos que la propuesta de atención educativa para los alumnos que no cursen Religión sea planteada por las autoridades educativas de modo serio y regulado, a fin de no discriminar a los que han optado por cursar Religión Católica.
En la formación integral de vuestros hijos la Enseñanza de la Religión ofrece conocimientos y valores necesarios para su desarrollo personal y social, los prepara para el futuro, y desarrolla su autonomía y su espíritu crítico desde la visión cristiana de la persona. Les permite comprender y conocer el propio mundo moral y religioso, y entender mejor nuestra cultura, llena de expresiones artísticas, de costumbres, fiestas, ritos y modos de vida marcados por la huella cristiana.
Por ello, os hacemos una llamada para que, desde vuestros derechos y responsabilidad como padres y madres, matriculéis a vuestros hijos el próximo curso en la Enseñanza Religiosa Escolar, como una formación necesaria para crecer en la inteligencia de la fe y en la capacidad de convivencia y de diálogo en una sociedad cada vez más multicultural y plurireligiosa.
Queremos hacer, al mismo tiempo, un reconocimiento al buen trabajo del profesorado en general, y especialmente de los profesores de Religión, que han realizado un enorme esfuerzo en su misión educativa durante estos dos últimos cursos condicionados por la pandemia. Los alentamos a seguir siendo un testimonio de calidad evangélica en todos los ámbitos de su tarea docente.
Optar por la enseñanza religiosa en la escuela es la expresión responsable de quien se preocupa por una educación integral de nuestros niños y jóvenes. Acogiendo verdaderamente este compromiso y con la colaboración de todos, los padres, la escuela y las autoridades educativas, será posible construir el necesario “Pacto educativo” al que nos invita también el papa Francisco.
Os saludan con afecto y os bendicen en el Señor.
+ Julián, Arzobispo de Santiago.
+ Luis, Obispo de Tui-Vigo.
+ Alfonso, Obispo de Lugo.
+ José Leonardo, Obispo de Ourense.
+Fernando, Obispo de Mondoñedo-Ferrol.
+ Francisco José, Obispo Auxiliar de Santiago.