Al comenzar el curso, con tantas cosas por delante hay que cargar la agenda de buenos propósitos. Tal vez no los cumplamos todos, pero hay que ser ambiciosos, de otro modo se nos irá el tiempo en rutinas, en historias imprevistas…
Hemos vuelto a al trabajo, ¿a la rutina de cada día? ¡NO! Nuestra vida como cristianos que queremos vivir según el Evangelio, nuncapuede ser una rutina.
Necesitamos metas, objetivos, un horizonte hacia el que encaminar nuestros pasos. Es una buena ocasión para pedir luz al Señor, para ofrecerle nuestro trabajo, y para poner nuestro camino en sus manos.La meta de nuestro caminar es el Cielo, la vida eterna.
El programa, para alcanzar la meta, es vivir el Evangelio siguiendo las enseñanzas de Jesús Camino, Verdad y Vida. Así podremos empezar con esperanza un nuevo curso, de la
mano de Jesús, que nos muestra al Dios de la vida para vivirla con alegría
Al inicio de un nuevo curso la sociedad, los medios de comunicación, las costumbres, etc. nos animan a hacer planes: dietas, deporte, aprender algún idioma…
Para nosotros este tiempo nuevo que el Señor nos regala es también una buena ocasión para descubrir a Dios presente en nuestro día a día. Desear vivir en Cristo, por Él con Él y en Él, quererlo más, conocerlo mejor, de manera que sea el centro de nuestra vida.
⁃ Hacer alguna visita al Santísimo.
⁃ Darle gracias al principio y final del día.
⁃ Orar cuando voy de camino al trabajo o a clase...
⁃ Alimentarme de su Pan y su Palabra en la Eucaristía.
Estos son propósitos que podemos hacer por nuestra parte, sabiendo que somos débiles y quizás nos cueste o nos cansemos, pero confiando en que “Todo lo puedo en Aquel que me conforta.(Filipenses 4, 13)