Los cristianos no celebramos fechas, celebramos hechos. Nosotros nos alegramos y celebramos el hecho de Aquel que no cabe en el universo quiso nacer de una virgen en este pequeño planeta del inmenso universo para reconciliar al hombre con su Creador
Celebramos la cercanía de Dios al hombre. No podíamos imaginar que Dios pudiera entrar tan adentro de la historia humana. Ha entrado haciéndose hombre, uno de nosotros.
La alegría de la Navidad, que canta el nacimiento del Salvador, infunda a todos confianza en la fuerza de la verdad y de la perseverancia paciente en hacer el bien.
El mensaje divino de Belén resuena para cada uno de nosotros: “No temáis, pues os anuncio una gran alegría,… os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Cristo Señor”
Os deseo una feliz Navidad, pidiendo al Señor que esta hermosa celebración ilumine nuestras vidas, cambie nuestro corazón y transforme la sociedad.
¡Feliz Navidad!