Las Hermanas Mercedarias de la Caridad ubicada en Santa Cruz celebraron el pasado 10 de enero el cincuenta aniversario de su llegada a nuestro pueblo.
Esta comunidad religiosa de vida activa, formada en la actualidad por tres religiosas -llegaron a ser nueve- comenzaba su andadura en 1973 con la llegada cuatro hermanas.
Tan señalada fecha no pasó inadvertida ni a la parroquia ni al pueblo que tan agradecidos están a los servicios prestados durante medio siglo: sanitarios, educativos, religiosos, sociales, etc… Por ello han querido arroparlas con su cariño y oración en una Santa Misa que, presidida por el arzobispo de Santiago D. Julián Barrio, se celebró hoy en la Iglesia nueva de Santa Cruz abarrotada de gente a las 11:30 hh.
Natividad García Mateo, Florentina Rodriguez Conde y María Olvido López Magadán han estado acompañadas para la ocasión por la Superiora de las Mercedarias de la Caridad en España y todo el equipo provincial, así como sus hermanas de la comunidad de Chantada y religiosas de diferentes congregaciones.
La comunidad de las Mercedarias de la Caridad lleva cincuenta años siendo faro de luz en la noche. Todas las hermanas que a lo largo de estos años han vivido en ella han vivido muy claramente las exigencias de la orden fundada en el s. XIX por el Padre Zegrí . Han sido mujeres llenas del espíritu mercedario y de un amor apasionado a la iglesia diocesana y a la iglesia universal encarnado en los más necesitados.
Todo ello con el espíritu de animarnos a la redescubrir la dimensión contemplativa de todo el pueblo de Dios: de los laicos, de la vida consagrada y de los sacerdotes.” De ahí que exhorte con su ejemplo nos recuerden que sin vida de oración, nuestra fe languidece, nuestra esperanza se muere y nuestra caridad es una farsa. Sin oración, Dios acaba siendo nadie.
Ellas han concretado su entrega una vida de oración y caridad, una vida orante arraigada en la existencia concreta y desde el servicio al prójimo, que se hace Caridad en su misión con niños en situación administrativa de desamparo o riesgo de exclusión social en nuestro pueblo, en la sanidad, acogida de mujeres maltratadas, atención a discapacitados o la enseñanza, entre otras misiones que desarrollan por todo el mundo.