El pasado domingo, 3º del tiempo ordinario, la Iglesia celebró el Domingo de la Palabra de Dios. El Papa Francisco instituyó esta Jornada el 30 de septiembre de 2019, con la Carta Apostólica Aperuit illis, con el fin de dedicar un domingo completamente a la Palabra de Dios. Para que crezcamos en la familiaridad con la Sagrada Escritura.
«Un domingo completamente dedicado a la Palabra de Dios, para comprender la riqueza inagotable que proviene de ese diálogo constante de Dios con su pueblo (…) Es bueno que nunca falte en la vida de nuestro pueblo la relación decisiva con la Palabra viva que el Señor nunca se cansa de dirigir a su Esposa, para que pueda crecer en el amor y en el testimonio de fe». (Papa Francisco)
«La Iglesia se funda sobre la Palabra de Dios, nace y vive de ella. A lo largo de toda su historia, el pueblo de Dios ha encontrado siempre en ella su fuerza, y la comunidad eclesial crece también hoy en la escucha, en la celebración y en el estudio de la Palabra de Dios» (Benedicto XVI
Verbum Domini n. 3)
Se trata de un domingo para despertar en nosotros el interés para alimentarnos de la Palabra de Dios así como nos alimentamos también de la Eucaristía, el Cuerpo y la Sangre del Señor.
Hay muchas formas de orar y de leer la Palabra De Dios. Estamos acostumbrados a pensar, que la oración, es solo decirle cosas a Dios. Sin embargo, para mejor orar, debemos sobre todo, aprender a escuchar a Dios, que nos habla. ¿Y cómo lo podemos escuchar? Sencillamente, a través de la lectura, meditación y reflexión de la Palabra de Dios.
Orar con la Biblia, es escuchar lo que Dios nos quiere comunicar, aquí y ahora. Qué importante resulta entonces, dedicar diariamente unos minutos a esta meditación de la Palabra, que puede convertirse para nosotros, en una experiencia personal de comunión con Dios. Si leemos asiduamente la Palabra de Dios, su Palabra de Vida, poco a poco, nos irá transformando, hasta llegar a formar en nosotros, una persona nueva. La Palabra toca lo más profundo de nuestro ser, va formando nuestro corazón en el bien, y sin que lo sepamos, esta Palabra de Dios, nos va transfigurando, hasta llegar a crear en nosotros, los mismos sentimientos del Corazón de Jesús.
La Sagrada Escritura es…
⁃ Palabra de Dios escrita
⁃ Por inspiración del Espíritu Santo
⁃ Confiada a la Iglesia
⁃ Para la salvación
Una forma de “leer” con aprovechamiento para nuestra alma es la Lectio Divina, esto es, «lectura orante de la Palabra de Dios», un diálogo con Él, que interpela nuestra vida. Es un método de oración, que suscita un encuentro personal con Dios, una forma que nos enseña a leer, meditar y vivir la Palabra. Conlleva cuatro pasos:
1.- Leer: el mensaje De Dios
2.- Meditar: interpela la vida
3.- Orar: Suscita la oración
4.- Contemplar: Inspira la vida e invita a la conversión