El próximo domingo, se celebra la campaña de Manos Unidas en la que se los invita a tomar conciencia de que somos corresponsables en la transformación del mundo como el Señor nos pide: ser fermento en la masa.
Para ello necesitamos seguir a Jesús, y para hacerlo hay que tener una cuota de valentía, hay que animarse a cambiar el sofá por un par de zapatos que te ayuden a caminar por caminos nunca soñados y menos pensados, por caminos que abran nuevos horizontes, capaces de contagiar alegría, esa alegría que nace del amor de Dios, la alegría que deja en tu corazón cada gesto, cada actitud de misericordia. Ir por los caminos siguiendo la «locura» de nuestro Dios, que nos enseña a encontrarlo en el hambriento, en el sediento, en el desnudo, en el enfermo, en el amigo caído en desgracia, en el que está preso, en el refugiado y el emigrante, en el vecino que está solo. En todos los ámbitos en los que nos encontremos, ese amor de Dios nos invita a llevar la Buena Nueva, haciendo de la propia vida una entrega a Él y a los demás.
Dios viene a abrir todo aquello que te encierra. Te está invitando a soñar, te quiere hacer ver que el mundo contigo puede ser distinto. Eso sí, si tú no pones lo mejor de ti, el mundo no será distinto. Es un reto. Este tiempo solo acepta juga- dores titulares en la cancha, no hay espacio para suplentes. El mundo de hoy pide que seáis protagonistas de la historia, porque la vida es linda, siempre y cuando queramos vivirla. siempre y cuando queramos dejar una huella. Cuando el Señor nos llama no piensa en lo que somos, en lo que éramos, en lo que hemos hecho o dejado de hacer. Al contrario: Él, en ese momento que nos llama, está mirando todo lo que podríamos dar, todo el amor que somos capaces de contagiar. Su apuesta siempre es al futuro, al mañana. Jesús te proyecta al horizonte, nunca al museo. Hoy Jesús,queeselcamino,te llama a ti,
a dejar tu huella en la historia. Él, que es la vida, te invita a dejar una huella que llene de vida tu historia y la de tantos otros. Él, que es la verdad, te invita a abandonar los caminos del desencuentro, la división y el sinsentido.
¿Te animas?