Hoy se cumplen 10 años de su elección y por eso desde la parroquia invitamos a orar por él a a todos aquellos que quieran celebrar su pontificado, agradeciendo a Dios y pidiéndole que lo asista y acompañe.
“No hay nada más grande y más fecundo que el amor. El amor confiere a la persona toda su dignidad, mientras que el odio y la venganza la disminuyen, degradan la belleza de la criatura hecha a imagen de Dios.” Papá Francisco
No es casualidad que la frase que hemos elegido hable de amor. El amor, especialmente el amor de Dios por nosotros, está en el corazón de la doctrina de Papa Francisco, que nunca se cansa de reiterar lo único y especial que es. El pontífice a menudo habla de lo que él llama “la gratuidad de la salvación”. Estamos tan acostumbrados a que nos digan que Jesús, el Hijo de Dios, vino a la tierra por amor, para salvarnos y que murió por nosotros, que ni siquiera nos damos cuenta de la enormidad de esta revelación, como si temiéramos reconocerla.
El Papa nos invita a redescubrir cada día el misterio de este amor ilimitado y darle la bienvenida con la maravilla que merece.
Pero no sólo. Nunca pierde la oportunidad de recordarnos que el mensaje de Jesús para nosotros fue un mensaje de amor, más, un ejemplo de amor, para Dios Padre, pero también para los hermanos y las hermanas: “Y por esto Jesús dice: ‘El amor más grande es esto: amar a Dios con toda la vida, con todo el corazón, con toda la fuerza, y al prójimo como a ti mismo’. Porque es el único mandamiento que está a la altura de la gratuidad de la salvación de Dios. Y luego Jesús agrega: ‘En este mandamiento están todos los demás, porque llama – haz todo el bien – a todos los demás’. Pero la fuente es el amor; el horizonte es el amor. Si tú cerraste la puerta y te llevaste la llave del amor, no estarás a la altura de la gratuidad de la salvación que has recibido”.
Por lo tanto, no es posible separar la oración, la observancia de los Mandamientos, en definitiva, el amor para Dios del amor para el prójimo: “¿Podemos reconocer el rostro de Dios en el prójimo? La vida religiosa no puede separarse del prójimo”.
Naturalmente, el amor del que habla Papa Francisco no es un amor hecho solamente de buenas palabras, sino de hechos concretos. “El verdadero amor es concreto, está en las obras, es un amor constante. No es un simple entusiasmo”.