Cuando se cumplieron 150 años de la declaración por el papa Pío IX de san José como patrono de la Iglesia Universal, el Papa Francisco publicó una Carta Apostólica -Patris Corde (con corazón de padre)- como homenaje a la figura de san José y su eterna actualización como llamada a la conversión.
En ella se refiere a el diferentes con diferentes calificativos ilustrados con ejemplos en los evangelios: humildad, justicia, obediencia, discreción, con-fianza, protección. Nos advierte de la cercanía de su figura a la condición humana, claro ejemplo de que es posible vivir el evangelio. Además, vivirlo en segunda línea, siendo “manso y humilde de corazón”.
Continúa desgranando los roles desempeñados por un padre, como senderos que iluminan a to- dos los padres del mundo:
⁃ Padre amado: un amor puesto al servicio de Dios, con sacrificio
⁃ En la ternura: lo frágil y tierno también lo usa Dios para actuar
⁃ En la obediencia: pronunció su fiat (me fío), transmitió sumisión
⁃ En la acogida: nobleza y respeto, acoge con responsabilidad
⁃ En la valentía creativa: afrontar las dificultades encontrando siempre el buen camino
⁃ Trabajador: incansable, trabajar es colaborar en Dios
⁃ En la sombra: sin quejas, sin frustración, sin aparecer y sin dejar de estar.
Además es protector de indigentes, exiliados, necesitados, pobres, moribundos y afligidos.
Que san José nos inspire en el camino de la conversión y sepamos ver su papel y reproducirlo como camino de la salvación:
“Salve, Custodio del Redento
y esposo de la Virgen María.
A ti confió Dios a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.”
Cfr. Campanario