El 30 de diciembre de 1963 Pablo VI nombra a Karol Wojtyla arzobispo de Cracovia. El arzobispo Woityla aprovechó sus viajes a Roma durante el concilio para proponer la causa de beatificación de dos polacos: Fray Alberto, del siglo XIX, y la hermana Faustina Lowals-ka, fallecida en 1938, la joven mística de la devoción a la «Divina Misericordia».
El 30 de noviembre de 1980, el ya sucesor de Pedro San Juan Pablo II, publica su segunda encíclica, Dives in misericordia, centrada en la revelación sobre DIos Padre, como Re-demptor hominis (1979) lo había sido sobre Dios Hijo, y Dominum et vivificantem (1986) lo sería sobre Dios Espíritu Santo. Pero también esta segunda encíclica, como la primera, tiene una impronta personal. al proponer la devoción a la Divina Misericordia promovida por la hermana Faustina Kowalska. En la encíclica el Papa subraya, a partir de la lectura de la parábola del Hijo Pródigo, como la misericordia del Padre no es humillante para e hijo, sino todo lo contrario, le reconstruye en su verdadera dignidad, la de hijo amado de Dios.
El 30 de abril del año 2000, el Papa realizó uno de sus suenos: canonizar a la Santa Polaca que tanto le inspiró a lo largo de su vida: Santa Faustina Kowalska, e instaurar el II Domingo de Pascua como Domingo de la Misericordia: «Su mensaie de misericordia sigue llegándonos a través del gesto de sus manos tendidas hacia el hombre que sufre. Así lo vio y lo anunció a los hombres de todos los continentes sor Faustina, que, escondida en su convento de Lagiewniki, en Cracovia. hizo de su existencia un canto a la misericor-dia».
Juan Pablo II volvió como pontífice nueve veces a Polonia. La última fue del 16 al 19 de agosto de 2002. El 17 de agosto tuvo la ocasión de consagrar la nueva Iglesia de la Divina Misericordia de Kraków.