No corren buenos tiempos para la iglesia. Si hace apenas un mes anunciábamos el intento de robo en el templo de San Pedro de Nos y el destrozo de la puerta de la sacristía las cosas no han mejorado mucho. Esta noche hemos sufrido en nuestra UPA Liáns-Perillo-Nos-Dorneda el último acto vandálico.
La semana pasada la capilla de San Pelayo de Montrove (que recientemente habíamos restaurado y pintado su fachada) aparecía con diversas pintadas y aunque estas ya están en fase de eliminación, el disgusto no nos lo quita nadie. Los vecinos de Montrove veían con disgusto como el esfuerzo que habían tenido que realizar para embellecer el templo se veía frustrado por un simple divertimento.
En esa misma línea hace apenas dos días cuatro jóvenes intentaron forzar la puerta de la iglesia nueva de Santa Cruz, pero pero al verse increpados por un vecino que pasaba por allí -al que le damos las más expresivas gracias- que se enfrentó a ellos y alertó a la policía local que se personó y ante curas presencia huyeron sin haber logrado su objetivo.
Esta noche la triste protagonista fue la iglesia de San Martín de Dorneda. Cuando los encargados de la iglesia fueron a preparar las cosas para la situación de la Santa misa se encontraron con la puerta forzada y diferentes desperfectos en esta ocasión, los asaltantes centraron su mirada en el dinero de boetas y lampadarios. Para lograr su meta no dudaron en realizar un alunizaje contra la puerta de la iglesia siendo sin duda mayor el
daño causado que las pérdidas por el botín obtenido.
Jesús dijo: “Perdónales Padre, que no saben lo que hacen” y nosotros no podemos decir otra cosa, pero rezamos para que no vuelva a suceder y aquellos que no vieron otra salida que atentar contra la propiedad ajena salgan de la situación que les ha llevado a esto.