El equipo de pastoral de la salud es el trabaja por asegurar la presencia del Señor y de la comunidad de creyentes al que sufre en el cuerpo o en el espíritu.
Se trata de acercar la comunidad parroquial al enfermo y acercar el enfermo creyente a la comunidad parroquial. Esta cercanía ha de ser una presencia amistosa, discreta, respetuosa.
Presidido por el Diácono de la parroquia y formado para religiosas y seglares tiene como primera misión que el enfermo sepa que no está olvidado. Esto no significa que sen los miembros del equipo los que le visiten directamente -pues no siempre es lo más conveniente- sino que se preocupen de que las personas más cercanas o amigas lo visiten y no lo abandonen. Acercarse a los enfermos significa visitarlos cuando están internados en un Centro, cuando están convalecientes en su casa; o cuando viven permanentemente en su domicilio su enfermedad crónica.
Pero significa también hacerles llegar nuestra presencia de comunidad parroquial enviándoles nuestro saludo, llamando por teléfono, enviando alguna carta. No olvidarlos, sobre todo, a los que sabemos que están solos, desmoralizados, deprimidos, etc.
Por otra parte, hay que acercar a la comunidad parroquial hacia el enfermo creyente, recordarlos en la eucaristía de la comunidad, llevarles la comunión, ayudarles a estar presentes en la parroquia en días señalados (Pascua, Pentecostés, Día del Enfermo). No hemos de olvidar la posibilidad de celebrar la Unción de los enfermos.
Sin embargo no podemos hacerlo sin contar con las familias a las que invitamos a que no sólo atiendan a las necesidades materiales o médicas de los pacientes sino también a las espirituales. Para ello no tienen más que ponerse en contacto con la parroquia en el Despacho o directamente a cualquiera de los sacerdotes que no dudaremos en acercarnos a visitar, acompañar y asistir en la medida de nuestras posibilidades