Con las celebraciones litúrgicas de este domingo arranca la Semana Santa. En nuestra UPA tendremos las siguientes celebraciones:
08:45 hh.: Hijas de Cristo Rey
10:00 hh.: San Martín ee Dorneda
11:30 hh.: Santa Cruz
12:30 hh.: Santa Leocadia de Perillo
12:30 hh.: San Pedro de Nos
En todas ellas, si el tiempo lo permite, se bendecirán los Ramos en el exterior de los templos se bendecirán los tradicionales ramos y se realizará una procesión de entrada hasta la iglesia.
El término “Domingo de Ramos” deriva del evento que conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, cuando la multitud lo recibió agitando ramas de palma (Juan 12,13). El segundo nombre, “Domingo de la Pasión”, se atribuye al relato de la Pasión que se lee en este día. De no ser así, este pasaje evangélico no se leería en un domingo, ya que en el próximo domingo se enfocará en la Resurrección.
Según la “Carta de fiestas pascuales”, el Domingo de Ramos “abarca tanto el presagio del triunfo real de Cristo como el anuncio de su Pasión”. Además, añade que “la relación entre ambos aspectos del misterio pascual debe evidenciarse tanto en la celebración como en la catequesis del día”.
En Domingo de Ramos se lleva a cabo una procesión antes de la Misa
La procesión se lleva a cabo una vez, usualmente antes de la Misa con mayor asistencia.
“Durante la procesión, los fieles imitan las aclamaciones y gestos de los niños hebreos que salieron a recibir al Señor, entonando el ferviente ‘¡Hosanna!’”, describe la Carta de fiestas pascuales.
Se pueden llevar palmas u otras plantas durante la procesión de Domingo de Ramos
No es necesario utilizar exclusivamente hojas de palma en la procesión. También se pueden emplear otras plantas locales como el olivo, el sauce, el abeto y otros árboles.
Según el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia: “A los fieles les gusta conservar en sus hogares, y a veces en el lugar de trabajo, los ramos de olivo o de otros árboles, que han sido bendecidos y llevados en la procesión”.
Los fieles deben comprender el significado de la celebración y recibir instrucción
Según el mismo Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, “los fieles deben ser instruidos sobre el significado de esta celebración para que puedan captar su significado”.
Lo importante es la participación en la procesión y no sólo en la obtención de hojas de palma o de olivo, que tampoco deben mantenerse “como amuletos, ni por razones terapéuticas o mágicas para disipar los malos espíritus o para evitar el daño que causan en los campos o en los hogares”.
En su libro “Jesús de Nazaret: desde la entrada en Jerusalén a la resurrección” el Papa Benedicto XVI explicó que Jesucristo reclamó el derecho de los reyes a demandar modos de transporte particulares. El uso de un animal (el burro) en el que nadie se había sentado aún señala este derecho real.
Jesús deseaba que su camino y acciones fueran entendidos en términos de las promesas del Antiguo Testamento cumplidas en su persona.
En ese mismo libro Benedicto XVI señala que el acto de los peregrinos de colocar sus mantos en el suelo para que Jesús camine sobre ellos “pertenece a la tradición de la realeza israelita (2Re 9,13)”. El gesto realizado por los discípulos representa una entronización en la tradición de la monarquía davídica, apuntando a la esperanza mesiánica que de ella surgía, indica el texto.
Los peregrinos, continúa, “toman ramas de los árboles y entonan versos del Salmo 118, palabras de bendición de la liturgia de los peregrinos de Israel que en sus labios se transforman en una proclamación mesiánica: ‘¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito sea el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en lo más alto!’ (Mc 11,9-10, ver Sal 118,26)”.
Domingo de Ramos: “Hossana” es un grito de júbilo y una oración profética
En el tiempo de Jesús esta palabra tenía matices mesiánicos. En la aclamación se expresan las emociones de los peregrinos que acompañan a Jesús y a sus discípulos: la alabanza alegre a Dios en el momento de la entrada procesional, la esperanza de que la hora del Mesías había llegado.
Al mismo tiempo era una oración que indicaba que el reinado davídico, y por lo tanto el reinado de Dios sobre Israel, sería restablecido.
La multitud que aplaudió la llegada de Jesús no es la misma que exigió su crucifixión
En su libro, Benedicto XVI argumenta que en los tres Evangelios sinópticos, así como en el de San Juan, se deja en claro que quienes aplaudieron a Jesús en su entrada a Jerusalén no fueron sus habitantes, sino las multitudes que lo acompañaban e ingresaron a la Ciudad Santa con Él.
Este punto se hace más claro en el relato de Mateo, en el pasaje que sigue al Hosanna dirigido a Jesús: «Cuando entró en Jerusalén, toda la ciudad se agitó diciendo: ¿Quién es este? Y las multitudes decían: Este es el profeta Jesús de Nazaret de Galilea» (Mt 21,10-11).
Las personas habían oído hablar del profeta de Nazaret, pero no parecía tener ninguna importancia para Jerusalén, y la gente allí no lo conocía.
El relato de la Pasión goza de una especial solemnidad en la liturgia. La Carta de fiestas Pascuales señala en el numeral 33: “Es aconsejable que se mantenga la tradición en el modo de cantarla o leerla, es decir, que sean tres personas que hagan las veces de Cristo, del narrador y del pueblo.