El viernes 24 de mayo por la tarde, en la Iglesia nueva de Santa Cruz, nos reunimos todos los niños y niñas del segundo curso de Comunión que realizaran la Primera Comunión el próximo fin de semana, junto a los catequistas, familias y sacerdotes de la parroquia, para celebrar una fiesta muy especial para los cristianos. «La fiesta del Perdón».
En ese momento, los comulgantes de este año experimentaron por primera vez con el Sacramento del Perdón, que nuestro Padre Dios nos quiere de verdad y que nos perdona todas las cosas que hemos hecho mal, si realmente nos arrepentimos de ello.
Tras un canto inicial y el saludo del sacerdote al inicio de la celebración, reflexionamos con la importancia del sacramento de la confesión que íbamos a realizar por primera vez.
Escuchamos la Palabra de Dios mediante la proclamación de una parábola que todos conocemos muy bien, la del hijo pródigo. Jesús se la contó a sus discípulos para mostrarles la bondad y la misericordia de Dios.
Tras las peticiones los niños pasaron a confesarse individualmente por primera vez. El sacerdote motivó este momento animándoles a pedir perdón por aquellas cosas que hacemos y que nos alejan de Él. Un sencillo exámen de conciencia y unas oraciones sirvieron para preparar este momento tan especial.
A cada uno de ellos el sacerdote les entregó, tras la confesión, una pequeña cruz y juntos rezamos una oración de agradecimiento a Dios, nuestro Padre. Este compromiso y oración lo hicieron con la ayuda de los padres y de los catequistas.
Finalizamos la celebración penitencial con la oración del Padre Nuestro, unas súplicas de acción de gracias y la bendición del sacerdote. Después los catequistas entregaron a los niños un dulce regalo recuerdo del banquete de la parabola del Hijo prodigo como expresión de la alegría de recibir el Perdón del Padre