Cuando se menciona la catequesis, la mente de muchos suele asociarlo automáticamente a la formación de niños en la fe. Sin embargo, es crucial recordar que hace ya 44 años, la Exhortación Apostólica Catechesi tradendae (n. 43) declaró que la catequesis para adultos es un “problema central” y la “principal forma de la catequesis”. Esta visión ha sido reafirmada en el Directorio para la catequesis (n. 77).
San Juan Pablo II respaldó esta doctrina al explicar que los adultos, una vez educados en la fe, desempeñan roles fundamentales. Ellos transmiten la instrucción religiosa a sus hijos, ofrecen un testimonio cristiano a los jóvenes y participan activamente en la misión salvífica de la Iglesia (Apostolicam actuositatem, 12).
A pesar de estas enseñanzas, la realidad es que, tras casi medio siglo, la importancia de la catequesis para adultos no ha calado lo suficiente en la comunidad católica. Muchos fieles se conforman con lo aprendido en su infancia, y algunos incluso abogan por la “fe del carbonero”, una fe simple y firme sin necesidad de pruebas ni argumentos.
En la actualidad, enfrentamos el desafío de la “ignorancia religiosa”, como señaló Benedicto XVI en un encuentro con obispos suizos en 2006. A pesar de recibir catequesis durante diez años, la falta de comprensión profunda persiste, lo que nos lleva a cuestionarnos sobre la efectividad de la formación recibida.
Quizás sea hora de cambiar el enfoque y dirigir nuestros esfuerzos hacia la renovación de la catequesis para adultos. Algunas razones respaldan esta transición:
• Solo los adultos pueden ofrecer una adhesión plenamente responsable a la fe (Directorio para la Catequesis, n. 77).
• La fe se transmite en la familia, y la catequesis debe apoyar a los padres en su tarea sin reemplazarlos (Directorio para la Catequesis, n. 124).
• La vida adulta presenta desafíos y preguntas complejas que requieren una comprensión madura de la fe.
• La catequesis para adultos contextualiza la fe en la vida diaria, abordando cuestiones contemporáneas desde una perspectiva cristiana.
• La formación en grupo fortalece la construcción de comunidades de fe sólidas y ofrece apoyo mutuo en el camino de la fe.
• Capacita para responder a desafíos contemporáneos desde una perspectiva cristiana, contribuyendo al testimonio cristiano en la sociedad.
Aunque pueda parecer un desafío monumental, estoy convencido de que muchos católicos están dispuestos a despertar, a profundizar en su fe y a enfrentar los desafíos contemporáneos desde una perspectiva cristiana.
En nuestro compromiso buscamos cambiar la percepción habitual de la catequesis, enfocándola no solo en los niños, sino también de manera prioritaria en los adultos.
Una persona mayor de edad puede pedir su incorporación a la Iglesia y recibir los sacramentos de la iniciación cristiana: bautismo, eucaristía i confirmación.
Se trata de un proceso personalizado de acompañamiento, conocimiento y profundización en la fe en Cristo, llamado catecumenado, y que tiene una duración habitual de un año. Atendiendo siempre a las necesidades y circunstancias de cada persona.
Para los catecúmenos, es decir, quien solicita hacer este camino de encuentro con Cristo comenzamos este domingo un itinerario con diversas etapas formativas y ritos que la Iglesia tiene previstos desde los primeros siglos del cristianismo. Recibirá los tres sacramentos, incorporándose así plenamente a la Iglesia, en una sola celebración.
Si un adulto, ya bautizado, no ha recibido el sacramento de la confirmación o la eucaristía, también puede incorporarse a este proceso catecumenal de iniciación cristiana para recibir los sacramentos.
«Para el creyente que busca un grupo, no sólo de formación, sino también de profundización en fe, en el encuentro cotidiano con el Señor Jesucristo a través del contacto con la Palabra de Dios.»
PROFUNDIZA, COMPARTE, DESCUBRE Y ORA.
Como todo grupo parroquial, el objetivo último es el encuentro con Nuestro Señor Jesucristo. No es un grupo de amigos, aunque Dios pueda regalar el don de la amistad.
Es una acción pastoral ABIERTA al que quiera asistir.
¡Anímate!
No dudes en venir
Lugar: Iglesia nueva de Santa Cruz
Día: Domingos
Hora: 12:15 hh.