“La Eucaristía es mi autopista hacia el cielo” es una de las frases más conocidas del Beato Carlo Acutis, pero también decía que “al estar ante Jesús Eucaristía nos hacemos santos” y que “cuanto más recibamos la Eucaristía, más nos haremos semejantes a Jesús, de modo que en la tierra tendremos un anticipo del Cielo”.
Los católicos, cuando veneramos a Cristo presente en el Sacramento, recordamos que esta presencia proviene del sacrificio y se ordena al mismo tiempo a la comunión sacramental y espiritual. Permaneciendo ante Cristo, el Señor, disfrutamos de su trato íntimo, le abrimos nuestro corazón por nosotros mismos y por todos los nuestros y rogamos por la paz y la salvación del mundo.
Ofreciendo con Cristo toda nuestra vida al Padre en el Espíritu Santo sacamos de este trato admirable un aumento de nuestra fe, esperanza y caridad, como afirma el Ritual de la Sagrada comunión y del culto a la Eucaristía fuera de la Misa. Nº 80.
Todas las actividades pastorales, evangelizadores y caritativas de nuestra parroquia han de brotar del corazón sediento de Cristo, que quiere ofrecer la salvación a todos los hombres. Todos los miembros activos de nuestra parroquia hemos de tener la necesidad de estar muy cercar del Señor para que nuestra vida dé fruto, como el sarmiento unido a la vid (Cf. Jn 15,4), y así seamos prolongación de este amor desbordante de Cristo.
Y como expresión de la unión con el Señor ha surgido desde hace años la necesidad de la adoración Eucarística. Todos los jueves del año está el Santísimo Sacramento expuesto en nuestro templo de la Iglesia nueva de Santa Cruz a las 19:30 hh. al termino de la Santa Misa ( y un día al mes en las Parroquias de Santa Leocadia de Perillo y de San Pedro de Nos), para ser adorado por nosotros.
En dicha adoración contemplamos «El sol que nace de lo alto» (Lc 1, 78). Contemplamos la belleza de quien por amor ha querido quedarse con nosotros y ser nuestro consuelo, nuestra alegría, nuestro mejor amigo.
En la Adoración eucarística nos unimos entrañablemente a Cristo, que no sólo se ha querido hacer alimento, sino que espera pacientemente en la Eucaristía para que vengamos a adorarle. Jesús no quiere estar sólo, y en cuando está en el Sagrario, y sobre todo expuesto solemnemente en la Custodia, esta dispuesto a transformar nuestro corazón, nuestra mente y nuestra voluntad, si nosotros nos ponemos cerca de Él. Aunque nosotros no sintamos nada, la adoración silenciosa, permanente y fiel de Jesús Eucaristía, tiene un beneficio enorme sobre cada uno de nosotros y, también en la Iglesia.
Vivamos como una necesidad el unirnos a Cristo, para disfrutar de su amor y para ofrecerse con Él a Dios Padre, para mayor beneficio de las necesidades de la parroquia, de la Iglesia y del mundo.
Lugar: Iglesia nueva de Santa Cruz
Día: Todos los jueves
Hora: 19:30 hh.