Home Actualidad ¿CÓMO PODEMOS ACTUAR LOS CATÓLICOS EN TIEMPOS DIFÍCILES?

¿CÓMO PODEMOS ACTUAR LOS CATÓLICOS EN TIEMPOS DIFÍCILES?

by santaeulalia

No hay respuestas fáciles ni recetas salvadoras para las situaciones de la vida social, política, económica, internacional que nos toca vivir. Pueden ayudarnos algunos criterios para que hagamos el discernimiento oportuno y así hagamos lo que el Señor nos pide:

  1. Es tiempo de determinarnos por Dios, el único salvador del mundo. No hay salvadores en los partidos políticos ni en todo el mundo, pues solo Cristo es Señor de todas las cosas. Las implicaciones de esta fe viva, es decir, de esta entrega de uno mismo al Señor, son múltiples y concretas.
  2. El cristiano vive en el mundo sin ser del mundo. Nos comprometemos en las realidades que nos toca vivir pues el Señor nos envía al mundo a llevar su Palabra, su Amor y su Reino de paz. Pero, como no somos del mundo, nos comprometemos no al modo del mundo sino al estilo de Jesús. La vida eterna es la única esperanza definitiva.
  3. El juicio concreto que hemos de realizar sobre las situaciones que nos toca vivir, aquí y ahora, ha de estar iluminado por la doctrina social de la Iglesia, es decir, lo que desde la fe y el amor cristiano la Iglesia ha reflexionado sobre el hombre, la familia, la sociedad, la cultura, el trabajo, la economía, la política, las relaciones internacionales, el cuidado del medio ambiente, etc. Aunque desconocida esta doctrina social es de una riqueza grandísima y abundante en los temas tratados.
  4. El cristiano, en especial lectura el que ha recibido la vocación a la vida seglar o laical, está llamado a santificarse en medio de este mundo y a ofrecer la luz de la fe en medio de las realidades temporales. Es obligación de todos implicarse y comprometerse en todo lo que sea servir al hombre y la mujer de hoy, a la familia y a la sociedad. No es admisible la pereza, la indiferencia, el “mirar a otro lado”: sería contrario a la caridad (“cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, conmigo no lo hicisteis” Mt 25, 45).
  5. En la búsqueda de los medios más adecuados para mejorar las situaciones que consideramos injustas o perjudiciales para el bien común, no hemos de olvidar que no hay fórmulas perfectas ni se consigue un fin bueno con medios contrarios a la ley moral. “No te dejes vencer por el mal, antes bien vence al mal con el bien” (Rom 12, 21)
  6. Un compromiso posible es denunciar las situaciones injustas y contrarias al bien del hombre. Pero siempre que salvemos la mirada de caridad sobre la persona, como nos enseña nuestro Padre Dios, “que hace salir su sol sobre justos e injustos” (Mt 5, 45). Se ha de evitar un lenguaje que esté cargado de violencia o que genere enfrentamientos continuos. Verdad y caridad deben caminar unidas. Para ello, los cristianos hemos de manifestarnos con valentía y prudencia, también por medio de las redes sociales y medios de comunión social.
  7. Otro compromiso ineludible es la ejemplaridad. El mejor modo de cambiar el mundo es empezar por uno mismo. Unido a esto, la urgente tarea de formarnos bien para conocer las raíces de los males presentes: si no queremos caer en fanatismos, hemos de saber explicar y convencer la verdad que nos hace libres. También es muy valioso el vivir asociados a otras personas que podamos coincidir en nuestros principios, al menos en los fundamentales. La unión nos hace más fuertes. Podemos usar la estrategia de los vasos comunicantes: influir en grupos que a su vez pueda llevar a otros en buena dirección.
  8. El cristiano aprendió de Jesús a valorar la importancia de los actos pequeños (“el granito de mostaza” Mt 13,31). Los que puedan hacer cosas importantes e influyentes, no deben dejar de hacerlo, pero todos somos capaces de realizar actos que nos encaminen a la verdadera libertad, justicia, solidaridad, etc. Nadie nos puede sustituir.
  9. Es muy importante, aportar al mundo de hoy el don que viene de Dios que es la Esperanza. Cuando la queja se hace crónica, cuando el mal parece insuperable, cuando nos sentimos impotentes ante la fuerza del Enemigo… entonces es cuando realmente brota la esperanza cristiana, que es la que se apoya en Dios. El mal no es infinito, El amor de Dios es infinito y todopoderoso. Jamás un cristiano puede verse sin esperanza.
  10. En la historia de la humanidad, tan llena de periodos tristes y llenos de crisis, los santos han sido siempre la mejor respuesta que Dios ha suscitado a estos males. Hoy es el tiempo apropiado para creernos que estamos llamados a la santidad. Nos toca responder.

Cfr.Parroquia del Santísimo Sacramento, Torrijos (Toledo)

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