Desde la tradicional Misa del Gallo hasta el día de la Epifanía, la Iglesia mantiene viva la costumbre de venerar la imagen del Niño Jesús con un beso. Esta imagen no es solo una escultura, sino un símbolo profundo de la Navidad, recordándonos que Dios eligió la humildad de hacerse hombre.
Al encarnarse, Dios no buscó privilegios. Jesús nació frágil y dependiente, como cualquier ser humano. Aparece desnudo en pinturas y esculturas, a menudo cubierto con un pañal o envuelto en una sábana, simbolizando su nacimiento destinado a morir y resucitar para nuestra salvación.
Besar esta imagen en Navidad es una tradición llena de ternura y fe, que va más allá del simple acto físico. Es una conexión con su persona y su misión, acogiendo a este Dios encarnado en nuestras vidas.
En nuestras parroquias de la UPA Liáns-Perillo-Nos-Dorneda, durante las celebraciones dominicales de Navidad y el día de la Epifanía, al finalizar la Santa Misa, se invita a todos los asistentes a besar la imagen del Niño Jesús mientras se entonan villancicos típicos de la época.
Estos cantos no solo avivan el espíritu navideño en familia, sino que también nos acercan más a Dios, invitándonos a reflexionar y a disfrutar con el corazón lleno de gozo.